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Recorriendo el norte de la India

Ladakh

Entre Ladakh y Uttarakhand

Ladakh es la meseta más alta de la India situado en el estado de Jammu y Cachemira. Cubre un área de 86.904 km2, ( Ladakh, Jammu y Cachemira son 220.000 km2) y la mayor parte de la región está por encima de los 3000 m de altitud. Al estar en la parte norte del país, se extiende desde el Himalaya hasta la cordillera de Kunlun e incluye la parte superior del  valle del río Indo, hace frontera con China en el norte, el Tíbet en el este, el valle de Cachemira, Jammu al oeste, Pakistán al noroeste y Lahaul y Spiti en el sur (Himachal Pradesh).

Ladakh
En el Palacio de Leh con una chica India y Mayank

Ladakh está dividido en dos distritos, Leh y Kargil. La historia, cultura, tradición y geografía de la región es sorprendentemente similar a la del Tibet. Ladakh es una región que está escasamente poblada pero es hogar de la gente con mayor fe en el mundo; las religiones dominantes es el budismo tibetano con un 70% y el islam con un 30%.

Ladakh significa literalmente “tierra de los pasos elevados”, “La” significa paso, y “dakh” significa muchas rutas. También es llamada Moon-Land (Tierra lunar) y como “el desierto dorado”.

Antes de pasar a dar más datos de este lugar quiero contaros las sensaciones que tuve en aquella maravillosa tierra.

Llevaba años queriendo visitar Ladakh, el Valle de Nubra, lago Pangong Tso y sus monasterios. Era una espinita que llevaba clavada muy dentro de mí. Había visto muchos documentales y fotografías, pero una vez que legué allí no daba crédito a lo que estaba viendo.

Ladakh
Monasterio de Likir

Mientras nuestro conductor Dorji nos iba trasladando de lugar en lugar, la mayoría del tiempo el silencio era nuestra mejor compañía, miraba a través de la ventanilla del coche estupefacta.

Las montañas altas, algunas con nieve en sus cumbres, paisajes desérticos donde piensas que la vida no existe pero que de pronto aparece en la lejanía un pequeño vergel, entonces sabes que hay vida, que la gente lo primero que han hecho, ha sido sembrar árboles alrededor de sus casas y en ese momento crees que se ha producido un milagro en aquel paraje.

A veces recorríamos kilómetros sin encontrarnos con algún vehículo por desfiladeros que parecían engullirte, como si quisieran adueñarse de tu alma.

Nubes amenazadoras dejaban pasar los rayos de sol creando un mundo de fantasía, el viento levanta remolinos de polvo recorriendo las faldas de las montañas. Otras veces las nubes estaban suspendidas de tal forma que no te dejaban ver las cumbres nevadas pero si los valles.

Ladakh
Saliendo de Leh camino al paso de Khardungla

Los vigilantes monasterios, casi todos en la loma de una colina, dominando con su presencia los pequeños pueblos, donde crees que has retrocedido a la edad media.

Mi corazón,  a menudo sentía como se aceleraba ante tanta belleza y emociones, y lo único que podía hacer era exclamar. Si hubiese parado en todos los lugares que me gustaron para hacer fotos, creo que hoy en día estaría allí.

Cuando observaba aquellos paisajes una infinita soledad parecía abrazarme.

Debido a la altitud tu caminar es lento y muy pausado en algunas ocasiones, lo que hace que disfrutes mucho más de cualquier detalle, de un rincón, una calle, o de un grupo de personas que conversan acaloradamente.

Ladakh es la tierra de increíbles paisajes donde las estupas están presentes en todas partes, como si quisieran mostrarte el camino a seguir. Me encantaba verlas en los lugares más insospechados pintadas de blanco.

Ladakh
En el Monasterio de Hemis

Un poco de historia

Ladakh ha estado habitada desde el neolítico y se confirma por unos grabados encontrados en rocas. Sus primeros habitantes eran una mezcla de poblaciones Indoarias de Mons y Dards.

En el siglo I formaba parte del imperio Kushana y en el siglo II el budismo llegó por el oeste desde Cachemira. En el siglo VIII tuvo enfrentamientos a causa de la expansión tibetana, el protectorado sobre Ladakh cambió frecuentemente de manos entre China y Tibet. En el 842 Nyima-Gon, un representante real tibetano estableció una dinastía independiente. Esta dinastía favoreció la “segunda propagación del budismo”.

En el siglo XIII se enfrentó con la conquista islámica del sur asiático, a lo largo de dos siglos fue asolada por ataques e invasiones de los musulmanes que la llevaron a una conversión parcial al islam. El rey Bhagan fundó la dinastía Namgyal. Los Namgyals se extendieron hasta Nepal, lucharon contra los intentos de convertir la región al islam. En el siglo XVII se expandió hasta Zanskar y Spiti, sin embargo Ladakh fue derrotada por los mogoles.

Ladakh
Cerca del Paso Kardhungla

A finales del siglo XVII Ladakh apoya a Bhutan en una disputa contra Tibet, lo que resultó una invasión por parte de Tibet. En 1684 el tratado de Temisgam resolvió esta disputa. En 1947 con la partición de la India, el gobierno indio envió tropas al principado ante la duda de su gobernante de permanecer con la Unión India o Pakistan. En 1949 China cierra la frontera con Nubra y Xinjiang, bloqueando las rutas comerciales y con la invasión al Tibet en 1950 muchos refugiados huyeron al Ladakh.

Jammu y Cachemira sigue siendo disputado entre la India y Pakistan. Kargil fue escenario de guerras en 1947, 1965 y 1971.

En 1993 se creó el Concejo autónomo para el desarrollo de Ladakh.

Ladakh
La ciudad de Rishikesh, lloviendo

Este viaje me hubiese encantado haberlo hecho saliendo en coche desde Delhi vía Manali en Himachal Pradesh y luego a Leh, pero son 1004 kilómetros aproximadamente, y con las carreteras, pasos de montaña, etc son dos días de viaje. No obstante no descarto alguna vez hacerlo desde Manali.

Decidí ir a Leh en avión, así tendría más tiempo para disfrutar de esa zona.

Estuve un día en Delhi, el cual se lo dediqué esta vez a los Jardines Lodi que tanto me gustan.

Al día siguiente bien temprano cogimos un avión hacía Ladakh, donde estuvimos ocho días y hoy en día pienso que me equivoqué, me pareció muy poco tiempo.

Ladakh
En los Jardines Lodi, Delhi

Regresamos a Delhi para coger otro avión en el mismo día hacía el estado de Uttarakhand, nos quedaríamos todo el tiempo en Rishikesh, y desde esa ciudad nos desplazamos para visitar templos, cuevas, pueblos y otras ciudades. Es la segunda vez que visito Uttarakhand.

Ha sido un viaje en donde hemos pasado del calor y frío seco a clima más húmedo que te puedas imaginar, donde las pasos de montaña te hacen creer que puedes tocar el cielo, donde pueblos perdidos no venden ni una gota de alcohol, pero que a pesar de lo duro de su climatología nunca falta una sonrisa.

Poco a poco iré relatando los lugares que he visitado y las experiencias que he vivido.

 

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