Por los montes de East Khasi

A tan solo unos 53 km al sur de Shillong se encuentra Cherrapunjee. La carretera que conduce a este lugar transcurre a través de los montes East Khasi.

Estábamos en Shillong, amaneció nublado y a punto de llover. Desayunamos y dejamos la habitación. Mayank el día anterior pactó el precio con un taxista para desplazarnos a Cherrapunjee, el precio fue de 1400 rupias (unos 18 euros). Era un taxi un poco pequeño y destartalado, pero no nos importó, aunque a veces creíamos que nos dejaría tirados. Nos despedimos de los dos trabajadores del Fratelli Guest House, que en todo momento se mostraron amables y dispuestos a ayudarnos en cualquier cosa.

Comenzó a llover y casi durante todo el camino no cesó. Nuestro conductor muchas veces cantaba, tenía una voz bonita, nos comentó que él y parte de su familia cantaba en el coro de la iglesia todos los domingos.

El trayecto hacía Cherrapunjee avanza entre bosques de pinos y robles cubiertos de helechos y orquídeas. Abruptas gargantas y barrancos, cascadas salpican el camino y el paisaje es sobrecogedor. Yo que vengo de una tierra bastante seca, aquello para mí era maravilloso, el verde, la exuberancia; es un milagro de la naturaleza que todavía se mantenga a salvo de la destrucción del ser humano.

Desgraciadamente no paramos las veces que queríamos para hacer fotos por la lluvia, pero cuando lo hicimos a mí se me cortaba la respiración. Bien conocida es esta tierra como “la morada de las nubes”, y doy fe de ello, a veces estabas tomando una foto y de pronto en cuestión de cinco minutos las montañas se cubrían de nubes. Los días que estuve el Meghalaya, el tiempo fue muy imprevisible, puede amanecer con un sol resplandeciente, y mientras vas a la habitación por una chaqueta o la cámara de fotos, cuando sales puede estar totalmente nublado.

Las infraestructuras de carreteras son bastante buenas, a lo que normalmente no estoy acostumbrada en la India.

Cuando hablo de Sohra o Cherrapunjee quiero decir que hablo del mismo lugar, hoy en día se utiliza más el nombre de Sohra.

Cuando nos íbamos aproximando llamamos al Smoky Falls Mae Fi Resort, este hotel lo vi en la cafetería en Shillong, estaba completo. Cuando veíamos una valla publicitaria con el número de teléfono, llamábamos para reservar, pero no estábamos teniendo suerte, claro está que era viernes y muchos hoteles o guesthouse estaban totalmente completos. Llegamos a Sohra pero no nos paramos, nos dirigimos hacia la parte  baja del pueblo (Lower Sohra), a ver si teníamos más suerte.

Parecía que no, probamos en algunos de los que yo llevaba apuntados, y nada de nada. Me veía otra vez en Shillong. Al final el conductor nos llevó al Five Pearls Homestay, allí quedaba alguna habitación libre.

Como siempre Mayank entraba antes, la supervisaba y negociaba el precio. No era nada del otro mundo, más bien regular, pero no había muchas más opciones. Decidimos quedarnos pero le pedimos al conductor que nos llevase al pueblo después del check-ing para comer algo y si era posible buscaríamos otro alojamiento para los días siguientes.

En el Five Pearls no servían ni desayunos ni comidas. Si queríamos desayunar algo el chico que está al cuidado del hotel intentaría traernos algo, el precio de la habitación fue de 1500 rupias (unos 20 euros).

Nuestro conductor nos dejó en Sohra como le pedimos. Estuvimos recorriendo algunas guesthouses, una si tenía habitación, la mayoría estaban completas. Al final tomamos la decisión de quedarnos en el The Crescent Hotel. El único hotel que hay en el pueblo y en comparación con lo que habíamos visto fue el que mejor impresión nos dio. Además queríamos estar en el pueblo para así buscar conductores o cualquier cosa que nos hiciese falta y sobre todo para estar más cerca de restaurantes, tiendas y un poco de vida. ¡Qué ilusa! El precio de la habitación fue de 2500 rupias (unos 34 euros), sin impuestos, siempre que pagásemos en efectivo y sin factura, el desayuno tampoco estaba incluido.

Almorzamos en el hotel, posteriormente nos dimos una vuelta por el pueblo que se recorre en poco tiempo. Tenía muchas ganas de pasearme por el mercado pero no cesaba de llover y no era agradable caminar entre paraguas, bastante gente y mucha basura en el suelo, imposible poder sacar la cámara. Viendo que no podíamos hacer mucho más ese día, cogimos un taxi para regresar al Lower Sohra a nuestro hotel.

Cuando comprobé la cama, me di cuenta que era dura como una piedra, ya sabía que esa noche no iba a dormir mucho. Nos tomamos unas cervezas en la habitación, no había mucho que hacer por aquellos alrededores, y el tiempo no acompañaba para nada. El chico nos las trajo ya que está prohibido beber alcohol en cualquier restaurante o en público. También nos busco un conductor para el día siguiente hacer algunas visitas.

Por la noche y con unas linternas nos fuimos a dar una vuelta para buscar un restaurante y conocer un poco el Lower Sohra. No había mucho que hacer, así que nos decantamos por un pequeño restaurante llamado Wansa Food. Fue un acierto, por la tarde encargamos la cena para las 19:30 horas, pedimos un Chicken Chop, cerdo con arroz blanco y roti. El Chicken Chop estaba tan bueno que me pedí otro más y como bebida tomamos té de limón, todo por 370 rupas (unos 5 euros). Realmente fue una de las mejores comidas que hicimos en el viaje.

Como estaba claro que no iba a dormir mucho, bien temprano estaba en la calle haciendo fotos. También ese día amaneció nublado. Me entretuve haciendo fotos a unos niños pequeños que iban a recoger agua con cubos a la esquina de la calle. Me hice amiga de una pequeña que la pobre llevaba dos cubos y no podía con ellos. No nos podíamos comunicar pero le di a entender que le llevaba un cubo hasta su casa. Al final fuimos cogidas de la mano acarreando el agua, pero no pude más y acabé llevándole los dos cubos. Cuando se los dejé en la casa una patulea de niños salieron a saludarme y otra vez salimos a coger agua.

Nuestro conductor vino a recogernos, se llamaba Namphyrnai Marbaniang, el se encargaría de hacer los recorridos. Es bueno contratar a gente local, eso le ayuda bastante a su economía.

Mientras nosotros dejábamos las maletas en el The Crescent Hotel y desayunábamos allí, nuestro conductor se fue a desayunar. Regresó a la hora esperada y comenzamos nuestra ruta.