Cataratas de Cherrapunjee
Bien conocida es Cherrapunjee por sus lluvias en época de monzones. En el estado de Meghalaya es de los lugares donde más llueve de nuestro planeta. Llevábamos dos días allí y los dos días nos había llovido a pesar de ser época seca, fuimos en el mes de noviembre.
El tercer día también amaneció bastante nublado y amenazando a lluvia. Salimos del Crescent Hotel para buscar un sitio para tomar el desayuno. Cerca del mercado estaba casi todo cerrado, así que decidimos ir al mismo restaurante donde cenamos la noche anterior aunque no nos hacía mucha ilusión. Pero no había mucho donde escoger y pensamos que para un té, una tortilla y unas parathas tampoco necesitábamos mucho.
Así que nos fuimos al Synrem Bhojanalaya Restaurant. Pedimos lo anteriormente mencionado, nos trajeron el té, al cabo de un rato las parathas y la tortilla cuando la trajeron yo creía que era una broma, pues la tortilla no era más grande que un plato de café, creía que era una muestra o que me pusieron medio huevo.
Cuando la vimos tanto Mayank como yo no sabíamos si reírnos o salir corriendo. No trajeron ni pan ni un tenedor para comerla, pedimos un cubierto y al cabo de un rato nos trajeron una cuchara. Así, si queréis comer la tortilla más pequeña del mundo solo tenéis que ir allí. La noche anterior no nos había agradado mucho la cena, pero el desayuno fue el colmo.
A la hora prevista nuestro conductor Namphy Marbaniang nos recogió para llevarnos a las Wei Sawdong Waterfalls.
Estas cataratas se encuentran a unos 12,4 km al noroeste de Cherrapunjee, es el mismo camino que lleva a las Dainthlen Falls.
Namphy nos dejó en un punto y nos explicó cómo llegar a ellas, primeramente teníamos que descender un camino hasta llegar un mirador y luego cogiendo un camino a la derecha podemos llegar hasta zona baja de la catarata. Según él se tarda unos 20 minutos en llegar hasta el final. Nosotros tardamos mucho más.
Referente al camino tengo que decir que hay que estar un poco en forma para poder hacerlo. Primeramente tiene un grado de inclinación de un 70 a 90 %, segundo que el camino o lo que hay, ha sido hecho por la gente de los pueblos cercanos y los escalones y escaleras son de troncos de bambú y madera y tercero que si llueve puede ser un poco peligroso por lo resbaladizo del terreno. En época de monzones solo se puede llegar hasta el mirador, el otro trayecto permanece cerrado.
Comenzamos a descender entre la vegetación, al principio no parecía nada complicado, pero luego en algunas zonas los escalones eran piedras y algunas bastantes altas, con lo cual decidí guardar la cámara de fotos en la mochila por miedo a una caída. No fue del todo mal el primer tramo aunque no fue un camino de rosas. Llegamos al mirador y las vistas que teníamos de la catarata Wei Sawdong era espectacular, tres saltos de agua con sus respectivas pozas de agua rodeado todo de una vegetación exuberante. El azul del agua destacaba sobre el verde de la vegetación, una pena que el día estuviese nublado, me lo imaginaba en un día soleado donde los colores resaltarían mucho más.
Continuamos el descenso, este segundo tramo es el más complicado, estaba un poco resbaladizo debido a la lluvia del día anterior, pero cuando vi las escaleras que tenía que bajar hubo un momento que lo dudé, los escalones eran troncos de madera redondos donde el pié no tenía cabida, tenias que ponerlo totalmente de lado. No era fácil.
Al final llegamos donde estaba la última poza de agua, el agua es transparente, una verdadera gozada. Solo había cuatro personas, pero al poco tiempo nos quedamos solos y pudimos disfrutar de aquel maravilloso lugar. Te daban ganas de zambullirte.
Cuando terminamos de hacer las fotos comenzamos con el tortuoso ascenso, nos lo tomamos con bastante calma, porque entre otras cosas queríamos disfrutar de la naturaleza. Desde mi punto de vista fue una de las cataratas más bonitas que visité en Meghalaya.
El siguiente lugar que visitamos fue las Dainthlen Falls. Este lugar tiene su leyenda. Según los lugareños había una gran pitón demoníaca llamada Thlen llena de codicia y poder que vivía en una cueva, algunos hombres valientes la mataron para liberarse de su reino de terror.
La entrada a las cataratas cuesta unas 20 rupias (unos 25 céntimos de euro). Desde la entrada hay que caminar un tramo corto con unos pequeños puestos de souvenirs hasta llegar a la catarata.
Lo que verdaderamente me atrajo la atención de las Dainthlen Falls fueron los pequeños agujeros que hay en el suelo llenos de agua limpia, seguramente formados por la erosión. En época de lluvia suele tener tres saltos de agua, ahora solo tenía uno que cae desde unos 90m de altura. Paseamos un poco por los alrededores parándonos en los miradores que tiene. No llevábamos unos 10 minutos en aquel lugar cuando las nubes comenzaron a apoderarse de todo. En cuestión de unos minutos una densa niebla nos rodeó, todo parecía estar lleno de misticismo. De regreso al aparcamiento estaba nuestro conductor, Namphyrnai esperándonos.
Continuamos con nuestra ruta establecida para ese día, ahora nos tocaba Mawsawa Waterfalls. Todo el trayecto lo hicimos entre la espesa niebla, era alucinante lo que aquellas tierras me estaban mostrando, lagos, iglesias, pequeñas aldeas, todo parecía salir de un cuento.
Llegamos a las cataratas, pagamos otras 20 rupias a una señora que estaba con su hijo pequeño en un puesto. No había visitantes, aquella vida tenía que ser bastante dura para ellos, también vendían algunas cosas para beber y comer. Nuestro conductor nos explicó cómo llegar. Seguimos sus instrucciones al pie de la letra y cuando llegamos nos quedamos maravillados. Las cataratas como todo el paisaje seguían cubierto de niebla lo que hacía de aquel un lugar romántico, digno de los mejores sueños.
Me senté en una gran piedra cerca de la cascada y me di el tiempo suficiente para disfrutar de aquel paraje. No obstante la niebla comenzó a espesar lo que nos obligó sin falta regresar, hubo un momento que tuvimos dificultad en decidir el camino que teníamos que seguir para llegar donde estaba nuestro vehículo aparcado.
Desde allí nos fuimos esta vez a visitar una cueva, Arwah Lumshynnna cave. Comenzó otra vez a llover y teníamos que recorrer un kilometro y medio desde la entrada hasta la cueva. El precio de entrada fue de 30 rupias (0,40 céntimos) y por la cámara 50 rupias (0,60 céntimos). El camino de piedra que tuvimos que recorrer estaba en perfecto estado.
La cueva de Arwah Lumshynna es una cueva enorme rodeada por el bosque de Law Shynna, el cual no podíamos apreciar por la densa niebla. Esta cueva es conocida por sus formaciones de piedra caliza, estalactitas, estalagmitas, pero el aspecto más interesante es la presencia de fósiles bien conservados en sus paredes y techo, la mayoría de ellos pertenecen a la clase Gastropoda. Además, la piedra caliza también es rica en microfósiles (principalmente Foraminífera). Está clasificada geológicamente como “formación de Shella del grupo Jaintia”. Alberga muchos pasillos y cámaras estrechas, como un arroyo que fluye dentro de la cueva.
Esta cueva la puedes visitar perfectamente por tu cuenta o contratar a un guía.
Terminamos nuestro recorrido por este día y le pedimos a Namphyrnai que nos llevase a un restaurante donde comer la típica comida Khasi.
Regresamos a Sohra y justo en frente del mercado en un pequeño local tuvimos la oportunidad de probar la comida Khasi. Creo que no fue el mejor sitio, tampoco había mucho donde elegir debido a la hora que habíamos llegado, era un poco tarde. Mayank y yo pedimos arroz con cerdo. La comida consistía en arroz blanco con dos torreznos de tocino de cerdo. Por mucha hambre que yo tuviese, solo pude comerme la mitad y a duras penas. La primera impresión no había sido buena.
El día de excursión había terminado, el precio por visitar las tres cataratas y la cueva nos costó 1300 rupias (unos 17 euros).
Aquí os dejo el nombre completo y teléfono de nuestro conductor: Namphyrnai Marbaniang, telf.: 91 88372 08319. Es un chico bastante agradable y correcto. Además esto ayuda mucho a su economía local.
No pudimos hacer nada más, continuaba lloviendo y además a partir de las 21:30 horas teníamos que estar en el hotel, y también estábamos un poco cansados.
Para el día siguiente estábamos dudosos si visitar los puentes de raíces vivientes o el peculiar pueblo llamado Kongthong. Finalmente nos decidimos por el pueblo, el día había sido un poco duro y sabíamos que la visita a los puentes de raíces vivientes no era nada fácil.