Hanoi una ciudad maravillosa
Vietnam fue el primer país que visité de Asia y el cual hizo que me enamorase de este continente. Fue un choque cultural tremendo, de sensaciones, olores, costumbres, pero lo que más me cautivó fue su hospitalidad y su sonrisa.
Viajé sola, pero con un grupo organizado, ningún amigo pudo ni quiso venir y era mi primera incursión en este continente. Cogí el autobús por la noche que me llevaría Madrid, desde el aeropuerto de Barajas volé a Singapur vía Zurich y luego a Hanoi. No se la de horas que estuve despierta, ante la emoción me era imposible dormir. Sé que salí de mi casa un 3 de noviembre y llegué a Hanoi el 5 a las 17 horas. El tour operador que nos hizo el recorrido fue Catai, y reconozco que sus servicios fueron extraordinarios.
Desde el aeropuerto de Hanoi al Hotel Hilton me quedé con la boca abierta cuando vi el tráfico. Era un caos total, las motos eran las dueñas del asfalto, tenía la impresión que los semáforos eran un mero objeto de decoración urbana.
El hotel estaba muy bien situado, cerca del lago Ho Hoan Kiem (Lago de la Espada Restituida). Nos dieron un breve descanso. Comenzamos nuestro recorrido en ciclotaxis, pero si es la primera vez que visitas Asia y montas en ese tipo de vehículo, tengo que decir que es a prueba de infarto. Tanto autobuses, coches, motos se cruzaban, adelantaban a unos milímetros de tu ciclotaxi en aquel caótico tráfico. Yo no sabía dónde mirar, a pesar del cansancio mis sentidos estaban bien despiertos, no quería perderme nada, había soñado con ese país durante todo un año.
Nos fueron indicando algunas zonas y lugares que visitaríamos al día siguiente, el recorrido fue para familiarizarse un poco con la ciudad.
Nos llevaron de regreso al Hotel, cenamos y nos retiramos pronto, el cuerpo no daba para más.
A la mañana siguiente me levanté bien temprano y me fui a desayunar. El Hotel Hilton tenía un magnífico bufé pero las camareras eran pura amabilidad y sonrisa. Se me hacía difícil saber la edad que podrían tener, creía que eran adolescentes. Tuve el atrevimiento de preguntarles la edad, me moría de curiosidad.
Lo primero que visitamos fue el mausoleo de Ho Chi Minh (Lang Chu Tich Ho Chi Minh), en la plaza Ba Dinh, donde en 1945 proclamó la independencia de Vietnam. En su interior se encuentra su cadáver embalsamado. Es un gran edificio construido de mármol y granito y que me recuerda a las construcciones soviéticas.
Pasamos por el Palacio Presidencial, construido entre 1900 y 1906 por el arquitecto francés Auguste Henri Vildieu para albergar al Gobernador General francés en Indochina.
Continuamos visitando la Nha San Bac Ho (Casa de Ho Chi Minh) donde pasó la última parte de su vida, una casa sencilla de madera de dos plantas que mira a un estanque lleno de carpas. Cuentan que Ho Chi Minh solo utilizó unas habitaciones para sirvientes del Palacio Presidencial pero que cuatro años después se fue a vivir a lo que hoy se le conoce como la casa Zancuda, decía que no podía vivir en aquella suntuosa mansión colonial sabiendo la situación de su pueblo.
Esto fue el comienzo y estaba tan sorprendida que desde el primer momento sabía que este viaje me iba a dejar una gran huella en mí.
Al día siguiente visitamos la Pagoda Tran Quoc, el templo budista más antiguo de Hanoi, construida originalmente en el siglo VI, durante el reinado del emperador Lý Nam Dé a orillas del río Rojo. Se reubicó 1615 en el islote Kim Ngu (Pez Dorado) de Ho Tay (Lago Oeste). La pagoda es una de las partes principales del templo ya que contiene las cenizas de un importante monje.
Los monjes han vivido durante siglos en el templo y han enseñado a la gente las formas del budismo.
Seguimos visitando el Museo Nacional de Etnología que se encuentra en el distrito de Cau Giay, a unos 7 u 8 km del centro de Hanoi, resultado de la cooperación vietnamita-francesa que fue construido en 1987 y se inauguró en 1997. Este museo ofrece una visión de los 54 grupos étnicos de Vietnam. Cubre un área de unas 3,3 hectáreas. La Ha Duc Linh, arquitecto del grupo étnico Tay, diseñó el museo con la forma de un tambor antiguo de la cultura Dong Son, y las decoraciones interiores fueron diseñadas por el arquitecto francés, Veronique Dollfus. Más de 15.000 objetos y cerca de 40.000 fotografías son exhibidos en el museo. En la zona exterior están construidas las casas típicas de diferentes etnias como Hmong, Dao, Viet, Ha Nhi, Ba Na, ect.
Aunque está retirado del centro es uno de lugares que se deberían visitar, y así poderse hacer una idea de la historia y costumbres del país.
El siguiente punto de interés fue el Templo de la Literatura (Van Mieu). Este templo fue construido en el año 1070 por el rey Lý Nhân Tông y fue dedicado a Confucio. Sirvió como la primera universidad de Vietnam. La entrada principal tiene de 3 arcos, el arco de en medio y más grande era por donde accedía el emperador, la puerta de la derecha era para la guardia real, y la de la izquierda daba acceso a los consejeros del rey. El Pabellón Khue Van Cac es un pabellón de ocho techos, cuatro inferiores y cuatro superiores. En este lugar se celebraba la ceremonia del concurso de escritura entre los estudiantes, para saber quién era el más sabio.
En el patio de ceremonia hay dos grullas posadas sobre dos tortugas que simbolizan la suerte y la longevidad. En el segundo patio encontraras unas tortugas que representan a los alumnos más aventajados de la universidad. El cuarto patío, es el Patío de los sabios, dedicado a Confucio y sus 72 estudiantes honoríficos.
La forma de este templo es la más característica que podemos encontrar en Vietnam, edificaciones construidas en madera con tejas de cerámica, además todos estos edificios ensalzados por árboles centenarios.
Después del almuerzo, me fui con dos compañeros a ver el mercado y como se desarrolla la vida en sus calles. El mercado te encuentras una gran diversidad de verduras, frutas, pescados, mariscos, flores, pero lo que me llamó la atención fue el puesto de carne de perro. Tuve una sensación extraña, entre crueldad pero a su vez de aceptación de costumbres.
Puestos de comidas callejera donde la gente se sentaban en diminutas banquetas o sillas de plástico, mujeres y hombres llevaban a sus hombros en un palo y a ambos lados colgaba una especie de cesta donde transportaban sus mercancías. Esos cuerpos delgaditos y pequeños tenían una fuerza increíble, a veces la carga era bastante grande.
Cansados de todo un día sin parar por la tarde noche nos fuimos a ver un espectáculo de marionetas de agua, un espectáculo con más de mil años de historia y que representan la vida cotidiana en las aldeas rurales. Algunos dieron una que otra cabezada.
Al final de regreso al hotel nos dimos un paseo por el Lago de la Espada Restituida (Hoan Kiem). El lago tiene 640m de largo por 220 m de ancho y es un lago natural.
El nombre del lago se debe a una leyenda. En tiempos del emperador Le Loi, este estaba trazando un plan para expulsar a los chinos de la dinastía Ming. Tenía el agravante de que su ejército era bastante inferior que el de los chinos, además el territorio ya estaba conquistado por los Ming. Del lago apareció una tortuga gigante con una espada mágica en la boca, esta espada se llamaba Thuân Thiên “voluntad del cielo” o “voluntad divina”. Esta espada daba al portador la fuerza de mil hombres. Gracias a ella el emperador Le Loi pudo expulsar a los chinos.
En medio del lago hay una pagoda con una tortuga momificada.
Extenuada pero llena de emociones nos fuimos al Hilton Hanoi Opera a descansar.