La leyenda de los dragones
Cuenta la leyenda que las Tres Pagodas del Templo Chongsheng se construyeron para traer buenos auspicios a la ciudad. Dàli fue un pantano habitado por crías de dragones antes de que los humanos llegasen. Como se creían que estas criaturas mitológicas desencadenaban desastres naturales se construyeron las Tres Pagodas para apaciguarlos. Las pagodas es la clave de la reliquia nacional y cultural para la protección.
Se encuentra a 1.50 km al norte de la ciudad antigua de Dalí y a la falda del décimo pico (Yinglo) de las montañas Cangshan.
Las pagodas están dispuestas en un triangulo equilátero. La Pagoda mayor, en el centro, se llama Qianxun, tiene una altura de 69,13 m y fue construida entre el año 823-840 por el rey Quan Fengyou en el reinado de Nanzhao. Es una estructura cuadrada hueca de 16 pisos, construida en ladrillo y aleros cuadrados. Se cree que los diseñadores de las pagodas vinieron de Xian, antigua capital de la Dinastía Tang en ese momento, por la similitud que tiene con la Pequeña Pagoda del Ganso Salvaje. El monasterio de Chongsheng construido al mismo tiempo que la pagoda principal, fue destruido en un incendio durante la dinastía Qing y restaurado en el año 2005 convirtiéndose ahora en un museo.
Las otras dos pagodas fueron construidas unos cien años más tarde, en el Reinado de Dali, una ubicada al norte y la otra al sur de la pagoda principal. Las dos miden 42.19 metros y es también una estructura hueca de 10 pisos con estrechos aleros octogonales.
Durante su reconstrucción (1978-1980) unas 680 piezas de reliquias culturales, como esculturas de oro, plata, madera o cristal y documentos fueron desenterradas.
Detrás de las Tres Pagodas hay un estanque llamado Chi Juying (estanque de la reflexión) donde se ven reflejadas en el agua. Hay que tener paciencia para poder hacer una foto sin que algún turista te la estropee.
Han soportado catástrofes naturales durante más de 1000 años. En 1925 en un gran terremoto donde solo uno de cada cien edificios sobrevivió, las pagodas no sufrieron daño alguno.
Si continuamos ascendiendo hacia la montaña nos iremos encontrando diferentes templos, en ellas podrás observar figuras de Buda, demonios, guardianes, techos pintados en colores llamativos, artesonados y columnas decoradas, todo un lujo para el sentido de la vista. En uno de los templos hay una estatua grande de Buda de pie, a la cual puedes ir haciendo fotografías de las diferentes partes del cuerpo mientras asciendes las escaleras hasta llegar a la cabeza.
Tuvimos un día caluroso, soleado con nubes. La panorámica hacia la ciudad de Dàli y el lago Erhai son espectaculares desde los templos.
De allí nos fuimos al pequeño pueblo de Xizhou que se encuentra a 20 km al norte de Dàli y a un kilómetro de la orilla del lago Erhai. Sus orígenes se remontan a la Dinastía Sui (581-618 d.C). La creación del Reinado de Nanzhao y la formación de la Ruta de los Caballos y del té favoreció notablemente a esta pueblo. Durante la Dinastía Ming (1368-1644) su comercio prosperó mucho. Esto trajo una reputación académica al pueblo de Xizhou, comenzando a escribir los nombres de los estudiantes que aprobaban el examen nacional en una puerta grande de la plaza del pueblo, tradición que hoy en día todavía perdura. Durante la Dinastía Qing (1644-1912) siguió prosperando, era muy común que niños de familias ricas fuesen al extranjero a estudiar, reunía a profesores e intelectuales de la universidad, ganando el apodo de “Cambridge del Este”.
Xizhou es de la etnia bai y ello se refleja en la arquitectura de sus casas, se le atribuye la inclusión de la gran pared blanca reflectante en los hogares del patio.
Fue un corto paseo por este pequeño y encantador pueblo, bastante agobiado de turismo. Verdaderamente merece una visita más tranquila y recrearse en su bellos rincones, pero teníamos que llegar a Shaxi.