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Puzhehei, la pequeña Guilin

Entre lagos y colinas

Puzhehei se encuentra en el condado de Qiubei en la prefectura de Wenshan, a unos 340 km al suroeste de Kunming. Es conocida como la pequeña Guilin “Little Guilin” y su nombre significa en idioma de la etnia Yiestanque repleto de pescado y camarones”. La zona está formada por unos 70 lagos, unas 300 colinas y 200 cuevas cársticas, de la cuales unas 80 se pueden visitar.

Puzhehei
Paisaje de Puzhehei

Cinco minorías étnicas, Yi, Zhuang, Miao, Yao y Sani viven y conservan sus costumbres en esa zona.  La rama Sani derivó del grupo minoritario Yi, que se estableció aquí hace unos 400 años.

Puzhehei fue reconocido como lugar turístico nacional escénico de clase AAAA en el año 2009 y Parque Nacional de Humedales en el año 2012.

La mejor época para visitar este lugar son en los meses de julio y agosto cuando los lagos están repletos de flores de loto.

 

Puzhehei
Haciendo una matanza

Nosotros salimos de Jianshui e hicimos un alto en el camino para almorzar. Cuando estábamos llegando a Puzhehei tanto Carmen como yo nos quedamos un poco estupefactas y horrorizadas, una ciudad grande se estaba construyendo en las afueras del parque. Dijimos “ojalá se haya respetado el parque”.

Continuamos nuestro trayecto y nos fuimos adentrando en el parque, lo que divisábamos desde las ventanillas del coche nos estaba gustando. Llegamos al pueblo de Xian Ren Dong al hotel Yi da.  Si por la mañana nos encontramos como mataban gallinas en la calle donde estaba ubicado nuestro hotel, aquí nos encontramos que habían matado un cerdo y estaban en plena faena. Nos dio por reir.

Puzhehei
Traje típico en Xian Ren Dong

Hice unas cuantas fotos pero se notaba que no les gustaba y nos dijeron que no hiciéramos más fotos.

El hotel Yi da, de dos plantas con un estanque en el centro, tres partes formaba el edificio haciendo un cuadrado y una parte abierta a la calle tenía una zona para sentarse y así poder ver todo lo que pasaba en el exterior. Las habitaciones amplias y sencillas lo hacía bastante acogedor. Quedamos con Henry para dar una vuelta por los alrededores.

El pueblo con sus casas de adobe, mujeres tejiendo en telares sus coloridos trajes, sacos de mazorcas  hacinados delante de la fachada de las casas, verdaderamente era todo un espectáculo y sobre todo los sombreros que algunas mujeres llevaban, con una especie de lazo grande en la parte frontal. Por un camino nos llevo a un lago, llegamos a un punto donde había una cueva pero no pudimos seguir caminando, así que nos vimos forzados a regresar, fue cuando le dijimos a Henry que queríamos ir por la zona por donde habíamos llegado a Puzhehei, que nos llevase a un punto donde hubiese una bonita puesta de sol. Sé que no le hizo mucha gracia, creo que no tenía ni idea por donde se oponía el sol y era él el que iba detrás de nosotras, le hicimos andar bastante rápido. Seguro que había mejores lugares pero no nos dio tiempo a descubrirlos.

Puzhehei
Pueblo de Xian Ren Dong

Regresamos despacio aprovechando la poca luz que todavía nos quedaba haciendo algunas fotos,  observando cómo las barcas se retiraban a sus embarcaderos y los restaurantes comenzaban a recibir clientes.

Nos dirigimos al hotel para descansar unos minutos hasta la hora que Henry pasara a recogernos para cenar. Un montón de gente seguía allí preparando indigentes cantidades de comida y ya nos saludaban más amablemente.

No se rompió mucho la cabeza y cenamos cerca del hotel, como siempre el pegado a su teléfono móvil y el pobre de Wu intentando hablar con nosotras. Esa noche era luna llena y varias veces les dije mientras cenábamos tanto a Henry como a Wu que donde nos iban a llevar para hacer fotos a la magnífica luna, pero este sonreía y no decía nada, hasta que desesperada, en broma  y en español le dije a Wu ¿Dónde está la luna?. Recuerdo que Carmen se partía de la risa, pero me había llevado en trípode y sabía que iba a ser en vano.

Puzhehei
Atardecer en Puzhehei

Después de la cena caminamos para buscar galletas o algo parecido para desayunar, el hotel no daba desayunos, mientras Henry le dijo a Wu que se fuese (eso pensamos Carmen y yo), se marchó sin despedirse, Henry no quería que lo convenciésemos para irnos con el coche a buscar un lugar para hacer fotos.

Nos fuimos al hotel y en el acogedor patio nos sentamos junto al estanque a tomarnos una cerveza. Pudimos ver el reflejo de la luna en el agua.

A la mañana siguiente comenzamos a recorrer el parque nacional de Puzhehei, pero antes nos pusimos a comer las galletas y tortas de arroz que habíamos comprado la noche anterior en una tienda, éramos las únicas clientas en todo el hotel, la dueña había dado orden a un trabajador para que nos sirviesen te por la mañana, todo un detalle. Sentadas junto al estanque del hotel veíamos todo lo que sucedía en la calle. Gente que participaron en la matanza del día anterior ahora desfilaban delante de nosotras con barreños llenos de pescados y de verduras. No entendíamos lo que estaba sucediendo, ayer era un cerdo, hoy verduras y pescados, creíamos que cocinaban para todo el pueblo.

Puzhehei
Paisaje desde la colina

Henry nos recogió y nos dirigimos a una colina para ver el magnífico paisaje. Pasamos por una zona donde había puestos de comida y tiendas para los turistas, continuamos nuestro camino hasta llegar a la taquilla para sacar las entradas.

La colina está abierta desde las 8:30h – 17 h, hay un cartel donde especifican los precios que tienen para visitar diferentes lugares y en diferentes tipos de barcas, servicio de guías, barbacoas, pesca, camping y otras actividades.

Puzhehei
El bum de la construcción

Comenzamos el ascenso y Henry se equivocó de camino, así que tuvimos que deshacer lo que anduvimos, esta vez cogió el camino de la izquierda. Mientras ascendíamos íbamos comprobando la majestuosidad de aquel paraje, como las colinas se iban multiplicando en el horizonte, los lagos salpicaban la tierra de forma caprichosa, pequeños puentes hacían accesibles los campos a los campesinos y pueblos que rompían la uniformidad del color del paisaje. Me lo podía imaginar todo lleno de flores de loto, como si una mano prodigiosa hubiese tocado con su magia aquel lugar.

Puzhehei
Casa junto al lago

Hubiese deseado que el cielo estuviese cubierto de nubes y rayos de sol se hubieran filtrado iluminando aquel escenario.

Sin embargo nos horrorizo las construcciones que estaban permitiéndose en aquel lugar, el bum de la construcción había llegado allí también, pero no lográbamos entender que siendo un Parque Nacional de Humedales y lugar turístico nacional escénico las construcciones no guardasen una uniformidad con las casas típicas de allí.

Desde allí Henry nos llevó a un pequeño pueblo. La cara de espanto que pusimos Carmen y yo creo que no quedó el papel mojado, no entendíamos que hacíamos en aquel pueblo que solo tenía casas con andamios, todo era nuevo, solo quedaban unas pocas casas antiguas y parecía más bien unas chabolas. Creo que hasta el chofer le comentó algo. Después de su desacierto nos lleva a otro pueblo, esté más grande y algo más típico, pero ya no pude más y le dije que porqué no nos llevaba a ver lagos y paisajes. Sé que no le gustó mucho, pero ya se nos estaba hinchando las narices. Se dio media vuelta y nos fuimos para el coche, nos llevó a otra zona para seguir viendo aquellos maravillosos paisajes.

Puzhehei
El horroroso restaurante que nos llevó Henry

Lo peor llegó a la hora del almuerzo, nos quiso llevar a un restaurante pero estaba cerrado, como era normal en él, no se rompía mucho  o mejor dicho nada la cabeza pensando donde llevarnos, así que justo al lado de la carretera nos llevó a comer. El restaurante o la habitación tenía tres mesas a la cuál más sucia, parecía más bien un almacén. Nos limpiaron una mesa, bueno había que haber lavado antes el trapo. Henry se ocupó de pedir la comida, cuando comenzaron a traer los platos, uno de ellos, el tofu me dio una bofetada a olor fuerte, agrio, sabía que aquello era incomible, Carmen lo intentó pero lo poco que cogió tuvo que sacárselo de la boca. Fue la peor comida que hicimos en Yunnan. Henry se dio cuenta que apenas comimos.

Cerca del restaurante había un embarcadero, un barco que parecía antiguo hacia recorridos por los lagos, le preguntamos por el precio y verdaderamente algunos precios los encontramos desmesurados en China, nos contestaron que era 48 euros por persona, pero que el barco no hacía el recorrido con solo dos personas.

Puzhehei
Barco que recorre una parte de los lagos

Posteriormente Henry nos llevó al hotel y nos dijo que teníamos la tarde libre. Nos dejó en el hotel sin explicarnos nada de lo que podíamos seguir visitando. Sentadas en el hotel y viendo mapas en chino de la zona Chun mei Zhang, la joven dueña del hotel se dirigió a nosotras, no hablaba inglés pero se tomó mucho intereses en ayudarnos con el traductor que tenía en su móvil. Nos explicó la excursión que podíamos hacer en barca, cuanto costaba y como podíamos hacerla.

Cada vez que salíamos del hotel teníamos que pasar por delante de la gente que seguía en su matanza y comilona, ya nos saludaban todos y una señora me invitó a comer una pata de pollo, la cual tengo que decir estaba bastante buena. Parecía ser que ya les caíamos bien.

Puzhehei
Recorriendo Puzhehei

Seguimos la carretera por donde el día anterior habíamos entrado, teníamos el mapa en chino del hotel, así que cuando vi a un grupo de policías le pregunté donde estaba el lugar para tomar la barca. Lo primero que nos dijeron fue “no”, pero cuando vieron el mapa en su idioma nos indicaron que siguiésemos la carretera hacia adelante. Viendo que no lo encontrábamos nos metimos en unas oficinas para preguntar, una mujer otra vez nos dijo lo mismo, “no”, me giré sobre los pies y le pregunté a un señor que estaba allí sentado y nos señaló hablando en chino que siguiésemos la carretera. Al final encontramos el lugar, nos dirigimos para acceder a las barcas, pero unos hombres nos pedían los tickets, intentábamos preguntarle que donde los conseguíamos, ellos nos los mostraban y los frotaban por el lector de códigos una y otra vez. Viendo que no llegábamos a un entendimiento, lo único que se me ocurrió fue sacar un par de billetes y con mímica intentaba decirles que donde señalando los tickets, al final se dieron por enterados y nos dijeron que a unos metros junto a la carretera estaba la oficina.

Puzhehei
Lago en Puzhehei, al fondo otra cueva

Al final nos sentamos en una barca remada por una mujer e hicimos un agradable paseo por unos bellísimos parajes.

Llegamos a la otra parte del lago, descendimos y caminamos hasta donde había un pequeño tren turístico que te regresa a la zona cerca donde sacamos las entradas. También se puede hacer el regreso en barca.

Tranquilamente regresamos paseando al hotel aprovechando para fotografiar cualquier imagen que se nos ponía delante. La fiesta continuaba allí y daba la impresión que todo el pueblo se había apuntado a la comilona.

Puzhehei
Barcaza en Puzhehei

Posteriormente nos fuimos a cenar a un restaurante cerca del lago en el pueblo de Xian Ren Dong. Excepto Carmen y yo todos los comensales estaban con el móvil en la mano y nuestro guía el primero. Regresamos al hotel y nos volvimos a tomar una cerveza antes de irnos a dormir, pero esta vez nosotras mismas no las servimos.

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