Pushkar, cerca del desierto del Thar

Después de visitar el fuerte de Chittorgarh y con un calor aplastante para ser el mes de febrero pusimos rumbo a Pushkar. Teníamos unos 210 km de trayecto, aproximadamente unas 4 horas.

Llegamos al atardecer, y nos fuimos directamente al Boutique Hotel Lalit, estábamos cansados y lo que vimos a primera vista de pasada de Pushkar no nos gustó mucho, tal vez el agotamiento no nos dejaba disfrutar del lugar.

El hotel, fue un acierto, estaba un poco retirado de la ciudad, pero ideal para descansar, las habitaciones eran bonitas y limpias al igual que el baño, pero lo mejor era su personal, amable y servicial.

A la mañana siguiente bien temprano nos levantamos y desayunamos, mientras nuestro chofer venía a recogernos nos fuimos por los campos de alrededor para ver a la gente local. Un señor nos dio permiso para entrar a su finca, estaba él y su señora cuidando de sus animales. Me dejó hacerles fotos, cuando dispusimos a marcharnos nos pidió dinero, Mayank le dio algo, pero a mi seguramente por ser extranjera me pidió 500 rupias, cosa que no le dimos. Ya empezábamos con el acoso al turista. Respeto si no quieren hacerse fotos, no las hago, pero que luego de darte permiso vengan pidiendo esa barbaridad, me parece una grosería (nos ven con los ojos del dólar).

Nuestro chofer nos llevó a la ciudad, nos dejó en la entrada explicando donde teníamos que ir.

Pushkar  

Pushkar es un centro de peregrinación, su nombre deriva de pushpa (flor) y kar (mano), y cuenta la leyenda que los lagos se formaron a partir de unos pétalos caídos de las manos de Brahma, el Creador. Según las guías Pushkar tiene 400 templos, muchos de ellos fueron destruidos y profanados por el último gran emperador Aurangzeb y después restaurados.

El templo más famoso es el Templo de Brahma, uno de los pocos en el mundo dedicado a esta divinidad, del que se dice fue maldecido por su esposa Savitri cuando, en su ausencia invitó a Gayatri, una aldeana a ocupar su lugar durante un importante rito.

Recorrimos la calle principal que está atestada de tiendas de pulseras, ropa, bolsos, zapatos y sobre todo souvenirs, el colorido de los saris es deslumbrante y sobre todo si te encuentras con una boda por sus calles.

Desde la calle principal hacia el lago, en sus callejuelas estrechas puedes visitar templos. En el lago (un poco sucio) en sus ghats, devotos hinduistas toman su baño para expiar sus pecados. Tanto animales como personas conviven en los ghats y el lago en plena armonía, es como si todo ser viviente tuviese derecho a ese lugar.

Regresamos donde nuestro conductor nos esperaba, una especie de descampado, donde aparcaban vehículos y camellos que regresaban después de hacer su recorrido con los turistas.

Govind (conductor) no paraba de preguntarnos si queríamos hacer un recorrido por el desierto en camello, yo le contestaba que no tenía muchas ganas. Viendo que no lo conseguía nos lo ofreció en jeep. A eso le contesté, que en jeep no me importaba, yo tenía más interés en conocer algún poblado y su gente que montar en camello. Nuestra suerte fue que le dijimos que lo haríamos después de visitar el templo y el almuerzo.

El templo Savitri Mata se construyó en 1687 y se está ubicado en lo alto de la colina Ratnagiri. Para acceder al templo puedes hacerlo, subiendo unos 2200 escalones o el teleférico, recomiendo esto último ya que el sol pega de lleno.

El templo de Savitri Mata no tiene nada especial, si unas vistas bonitas de Pushkar y alrededores.

Subiendo en el teleférico nos preguntábamos donde estaba el desierto donde íbamos a montar en camello o en jeep, lo que nuestra vista alcanzaba no se veían dunas ni nada, solo conseguimos ver un cuadrado de arena, no sé de cuantos metros donde jeeps y camellos giraban una y otra vez. No podía creer que eso era el desierto. Hice unas fotos y cuando llegamos para almorzar se lo mostré al chofer y me contestó que eso era el desierto. Le comenté si aquello era Legoland, no daba crédito que nos vendiesen unos cuantos metros cuadrados como desierto. Se quedó contrariado al no querer hacer la excursión.

Había leído y visto fotos en algunos blogs de viajes, y todos hablaban de lo maravilloso que era el desierto y la experiencia tan fabulosa que era pasar una noche en tiendas de campañas con todo tipo de confort, llegué a pensar que ninguno había estado en un desierto de verdad y que se conformaban un poco de arena.

Pushkar está situado a unos 550 km del desierto del Thar, reconozco que es una zona desértica de arena y matorrales, pero no lo que nos venden en fotografías, no tiene nada que ver con la realidad.

Ante nuestra negativa Govind nos comentó que en Jaisalmer era mejor y que él nos preparaba el poder pasar una noche en tiendas de campaña en el desierto.

Regresamos por la tarde al hotel y nos quedamos allí para ver la puesta de sol desde su terraza.

Disfrutamos de la compañía del camarero Prem Sing Rawat y el cocinero Vijay Sing.

Tal vez cuando se celebra la feria del camello en el mes hindú de Kartik (octubre o noviembre), puede que sea un espectáculo de color y belleza, pero mi opinión, es que si lo hubiese sabido, el tiempo que pasé en Pushkar lo hubiese disfrutado mucho más en Jaisalmer.