Acoso al turista
Por muy mágica y fascinante que Bali te pueda resultar, en el templo de Pura Ulun Danu Batur te muestra la cara desagradable de ello, y es el acoso y robo que el turista sufre.
Volvíamos a encontrarnos con Putu, estaríamos todo el día de excursión.
Esa mañana íbamos a visitar el templo Pura Ulun Danu Batur, que significa “Cabecera del Lago”.
Es el segundo templo más importante de Bali por su relación con el lago Batur que alimenta el sistema de irrigación de Gianyar y Bangli, mediante una serie de manantiales subterráneos. Está dedicado a la diosa del Lago Batur, Ida Betari Dewi Ulun Danu.
Se salvó de una erupción en el año 1917, pero en el año 1926 fue trasladado de lugar tras otra erupción. Está formado por 9 templos diferentes y unos 285 santuarios y pabellones dedicados a los dioses y diosas del agua, agricultura, manantiales sagrados, el arte, la artesanía, ect.
El Pura Ulun Danu Batur está compuesto de tres grandes patios. Una vez que traspasas la puerta principal en el primer patio te encuentras con un bale gong que alberga los instrumentos de gamelan y un enorme gong. El patio central, ocasionalmente se hacen danzas baris gede, y el tercer patio es el más sagrado donde se encuentra el templo principal Pura Penataran Agun Batur, su santuario más sagrado es un meru de 11 pisos, igual que otros 3 meru de 9 pisos dedicados al Monte Batur, Monte Abang e Ida Batara Dalem Waturenggong. Las banderas y esculturas del templo incorporan representaciones de dioses y bestias míticas en colores llamativos.
Hay un peaje en la carretera para acceder al templo que pagas 10.000 rupias y la entrada al templo cuesta 35.000 rupias. Tanto guías como conductores son reacios a llevar a los turistas e este templo porque saben que van a sufrir un asalto a mano armada y casi todos se quejan después.
Como en todos los templos tienes que ponerte el sarong, pero si ven que no llevas la cinta que lo sujeta intentan alquilártela a unas 40.000 rupias cada una, mucho más caro que la entrada del templo. Nos acosaron de tal forma que llegamos a sentirnos mal y decidimos los tres sin pensárnoslo darnos la vuelta y pasar olímpicamente de visitarlo. Cuando vieron nuestro mosqueo de las 120.000 rupias que nos pedían por el alquiler de las tres cintas ya nos las vendían por 70.000 rupias.
Otro tema es que por narices tienes que ir con un guía que en nuestro lugar era una chica de unos 11 años, no estábamos de acuerdo pero no hubo forma, era una imposición. Ya os podéis imaginar la preparación que tenía la pobre, pero tuvo que acompañarnos.
Nos fuimos a comer a orillas del lago Batur a un complejo turístico con hotel y restaurante muy agradable llamado Restuarant Apung en el pueblo de Kedisan, sobre todo por la paz que se respiraba y las preciosas vistas hacía el volcán Batur. Nos pedimos un pescado a la brasa llamado Ikan Bakar, bastante bueno.
Continuamos nuestra ruta hacia Penglipuran Village, situado a 6 km al norte de Bangli.
Penglipuran es un pueblo a unos 700 metros sobre el nivel del mar y en donde viven unas 192 familias que protege sus costumbres y tradiciones. Su nombre significa “recordar a sus antepasados”. En la entrada de las casas hay unos letreros que indican el número de hombres y mujeres que habitan en ellas. Está sumamente cuidado y prohibido la circulación vehículos. Sin ningún problema te dejan entrar en sus patios y prácticamente en sus viviendas, pero está enfocado al turismo y todos tienen tiendas y artesanías que te ofrecen continuamente.
Por último fuimos al Pura Tirta Empul, que significa “arroyo claro como el cristal” y está situado cerca del nacimiento del rio Pakrisan.
Fue construido alrededor del año 960 por la dinastía Warmadewa. Se cree que sus aguas tienen poderes curativos.
La leyenda dice que fue creado por el dios Indra, sus fuerzas habían sido envenenadas por Mayadanawa, por eso traspasó la tierra para construir la fuente de la inmortalidad para revivirlos. Hay capillas dedicadas a Shiva, Vishnu y Brahmá. En el patio denominado “mandala madya” los peregrinos primeramente hacen sus ofrendas, luego toman sus baños para la purificación, haciéndolo de oeste a este hasta llegar al undécimo caño, los dos últimos están reservados para fines de depuración en ritos funerarios.
Era un desfile de gente tanto de lugareños como de turistas. La salida del templo es a través de calles y calles formadas por tiendas donde acercarte para ver algo se convierte otra vez en un acoso tremendo.
Putu nos llevó de regreso al hotel, durante todo el camino estuvimos haciéndole preguntas y más preguntas sobre costumbres balinesas, parecía que le estábamos entrevistando, al final dijo que ningún turista le había hecho las preguntas tan raras como yo le hice. Pero reímos mucho.