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Jana Village, un pueblo de montaña

Jana Village

Un pueblo inolvidable

A unos 33 kilómetros al sur de Manali en Himachal Pradesh se encuentra el maravilloso pueblo de Jana. La carretera que discurre entre la ciudad y el pueblo es una verdadera emoción para los sentidos.

El Quality Inn River Country Resort nos hizo la reserva de un coche con chofer para poder visitar Jana Village, el precio que pagamos fue de 2.400 rupias (unos 32 euros por los dos).

Jana Village
Chamunda Devi Temple

A las nueve de la mañana nos pusimos en camino. Había amanecido un día fantástico, soleado y un poco fresco. Mientras nos dirigíamos hacia el pueblo de vez en cuando el olor a manzana penetraba por las ventanillas del coche y los paisajes alpinos era fantásticos, el verde de los bosques parecía más intenso que de costumbre.

A mitad de camino hicimos una pequeña parada para ver el Chamunda Devi Temple, un templo de madera bastante peculiar. Estaba como en un gran pedestal colocado, pintado en un color azul cobalto y marrón y cerrado a cal y canto, no pudimos entrar, no encontramos a nadie para que nos lo mostrara.

Continuamos nuestro trayecto hasta llegar a Jana Village, el conductor nos dejó en el carretera donde el pueblo estaba divido por la calzada.

Jana Village
Mayank junto a un gran árbol en el camino

Caminamos un poco hasta que cogimos un camino a la derecha que bajaba la ladera de la montaña. El paseo no podía ser más bonito, gigantescos árboles nos iban mostrando la ruta y escalones de piedras jugaban con sus raíces. De vez en cuando nos deteníamos para respirar aquel maravilloso aire. Cuando corría un poco el viento sentías el fresco de la mañana acariciar tu piel y buscabas un rayo de sol que se hubiese filtrado entre tanta vegetación.

Al poco tiempo un señor que también iba en nuestra dirección se detuvo a hablar con nosotros. Fue tan amable que nos mostró el pequeño templo Devta Jee Narayan, un pequeño templo de madera perdido en el bosque, justo al lado del templo nos advierte que no pisemos una grande piedra plana, es donde el sacerdote se sienta con un ídolo de un Dios y reza.

Jana Village
En casa de Chande Ram

Continuamos descendiendo la ladera pero ya éramos tres, seguidamente nos llevó al Mahamayi Temple. Tuvimos que descalzarnos para acceder a la plataforma que había delante del templo, el sol pegaba de lleno y la planta de los pies creía que se me iban a quemar, intentaba buscar zonas donde había algo de hierba para pisar. Su fachada era impresionante, la piedra se mezclaba con la madera, los balcones, puertas y ventanas estaban talladas con motivos florales y de animales, era una belleza aunque le hacía falta un poco de barniz y una pequeña restauración.

Nuestro nuevo amigo se llamaba Chande Ram, era un encantador señor, amable, dicharachero y sobre todo hospitalario. Mientras Chande Ram hablaba con Mayank su primo Mangal Chand se unió también al grupo.

Posteriormente insistió a que fuésemos a casa, no pudimos rechazar su invitación.

Jana Village
Cocina en casa de Chande Ram

Entramos en una habitación, era el salón, solo tenía unas colchonetas en el suelo con unas jarapas, en la pared colgaba un reloj y unos cuantos dibujos, una escalera te llevaba a la parte superior donde se encontraba la cocina. Nos sentamos y al poco tiempo apareció su nieta, me encantó como le brilló sus ojos al verla, la sonrisa que le dedicó era tierna, parecía que la niña era su ojito derecho.

Su nuera vino y nos ofreció agua. Chande Ram me rogó que fuese arriba y viese su cocina. Me moría de ganas, así que acepté encantada, él vino conmigo y disfrutaba mostrándome todos los utensilios típicos de la zona. Su mujer estaba recostada en el suelo mientras la nuera era la que nos preparaba el té. El hollín había cubierto las vigas de madera del techo, cubos y vasijas llenos de agua, botes de plásticos con legumbres, troncos de madera para la lumbre, era magnífico poder ver sus formas de vida, pero lo que más me gustaba de nuestro anfitrión era que le encantaba posar para la cámara.

Jana Village
Calle en Jana Village

Nos comenta que vive allí con su mujer, tres hijos, nuera, su nieta y un nieto, la casa era grande, tenía bastantes habitaciónes, era una casa de dos plantas. Viven del campo, se dedican a la agricultura, sembraba tomates, ajos, coliflor y sobre todo manzanas. En invierno cuando las mujeres no salen al campo a trabajar se dedican a tejer sus ropas.

Después de tomar nuestro té y fumar unos cuantos cigarrillos, nos comenta que nos quiere presentar la mujer más anciana del pueblo, nos dice que tiene 105 años y que se encuentra en perfecto estado de salud. Nos dirigimos a la casa de esta mujer pero tuvimos la mala suerte de que estaba descansando.

Nos lleva a visitar la zona del templo donde se hacen las celebraciones, donde cocinan y  comen cuando hay alguna fiesta, nos enseña el pueblo, sus calles, sus casas, fachadas pintadas de vivos colores, sus tejados negros de pizarra, lavadero con sus mujeres lavando la ropa, gente labrando la tierra, instrumentos musicales, etc, era alucinante. El tiempo se había detenido en aquel maravilloso lugar, no se por cuanto tiempo, pero espero que jamás pierda esa esencia que yo llegué a conocer. La paz era total, hasta llegar a ver como una mujer dormía encima de su tejado de pizarra.

Jana Village
Cocina en el templo Mahamayi Temple

Mientras caminábamos tuvimos el placer de conocer a su padre, un señor mayor que se entretenía cuidando o vigilando a dos chavales.

Nos sentamos en un rincón del pueblo donde había una pequeña tienda y se empeñó en invitarnos a tomar un refresco, de vez en cuando nos añadía algún vecino que otro. Por supuesto no le dejamos pagar y fue difícil hacerlo.

Me gustaba ver como Chande Ram con su sombrero típico atendía las llamadas de su teléfono móvil, era un contraste tremendo. Tenía una voz y una forma de ser muy agradable.

Terminada la visita al pueblo Chande Ram nos acompaña hasta donde se encontraba nuestro vehículo, y lo que es mejor se ofrece a acompañarnos a Jana Waterfall. Como buen anfitrión que había sido, encantados le cedimos el asiento delantero, para nosotros se había convertido en el jefe.

Jana Village
Chande Ram en Jana Waterfall

Llegamos a la cascada, un lugar rodeado de montañas, abetos, manzanos, el agua cristalina que cae con fuerza, un pequeño puente de madera para que los turistas puedan hacer fotos, todo aquello era idílico sobre todo por la tranquilidad.

Justo al lado de la cascada teníamos un restaurante y aprovechamos para almorzar.

Regresamos a Jana Village y llegó la hora de la despedida de aquella entrañable persona, que nos vio descendiendo la ladera de la montaña y se ofreció a ser nuestro cicerone.

Jana Village
Comida en el restaurante junto a Jana Waterfall

Desde el pueblo nos fuimos a visitar el Gaurishankar Temple, un buen ejemplo de arte y arquitectura que data del los siglos XI – XII. El templo consiste en un santuario cuadrado y una antarala (pequeña cámara o vestíbulo) que se apoyan en su parte inferior sobre dos pilares redondos y dos pilastras cuadradas. El marco de la puerta está ricamente tallado con motivos florales, lleva la imagen de Ganesha y las diosas de los ríos Ganges y Yamuna en sus vahanas (vehículos) y está flanqueado respectivamente por Dwarapalas (guerrero o gigante temible guardián de la puerta). Sobre el dintel de la puerta hay navagrahas (“nueve planetas”, hay nueve cuerpos astronómicos, así como deidades míticas). Los pilares del antarala están ricamente tallados en la parte superior y en el fondo con volutas florales intercaladas con las imágenes de los dioses. Los capiteles cuadrados representan Vishnu, Brahma, Gandharvas voladoras y musicales, y un panel sobre el dintel muestra motivos florales en nueve nichos. En las pilastras hay imágenes de las diosas del río y sobre ellas está representada la obra de Siva. El lugar sagrado está coronado con una curvilínea sikhara (torre cóncava) y un amalaka (disco de piedra segmentada o con muescas que se encuentra en la parte superior del templo), y sus paredes tienen ventanas  talladas en bajo relieve, mientras que las esquinas están intercaladas con hojas y diseños  geométricos.

Jana Village
Gaurishankar Temple

De regreso visitamos un jardín pero que desde mi punto de vista no tenía nada especial.

Por la carretera los puestos de manzanas se suceden y el olor que desprendían impregnaba el ambiente. Paramos en uno  y compramos dos cajas de manzanas, una se la regalamos a nuestro conductor, nosotros comeríamos manzanas hasta el final del viaje.

Llegamos al hotel y nos preparamos para ir a cenar, no teníamos muchas ganas de salir fuera.

Jana Village
Puestos de manzanas en la carretera

Primeramente nos tomamos unas cervezas en el bar y fuimos atendidos por Somanth Sharma, con el que mantuvimos un buen rato una agradable conversación. Luego pasamos al restaurante que estaba lleno de hombres de la zona de Tamil Nadu, habían ido a una reunión de empresa en Manali, casi todos estaban borrachos, habían tenido una fiesta. Somanth cuando vio el ambiente, con mucha clase nos ofreció llevarnos la comida a la habitación, así no seríamos molestados. Nos demostró ser un gran profesional.

Nuestra estancia en el Quality Inn River Country Resort fue excelente, sobre todo su personal nos dio un trato muy entrañable.

 

 

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