La ciudad de la Victoria
Fatehpur Sikri fue conocida como la Ciudad de la Victoria después de la victoriosa campaña del emperador Abkar en Gujarat en el año 1573. Seguramente fue abandonada por la falta de agua ya que se construyó en una zona sin pozos de agua.
Cuando empiezas a sentirte bien en un lugar tienes que volver a hacer maletas y seguir recorriendo carreteras a prueba de infarto.
Esta vez íbamos a Fatehpur Sikri, ciudad erigida por el emperador Abkar entre 1571 y 1585 en honor a Salim Chishti, famoso santo sufí, Abkar es considerado el mayor de los emperadores mogoles. Es un bello exponente de la ciudad amurallada mogol.
Fue capital del imperio mogol durante 14 años. Se cree que tuvo que ser abandonada por falta de agua resultando saqueada. Su estado de conservación se debe a lord Curzon protector del patrimonio artístico. Desde 1986 forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Es una mezcla en arquitectura hindú y mogol. Destacan en la zona civil el Diwan-i-Aam (para audiencias públicas del emperador), Diwan-i-khas (para audiencias privadas). El Panch Mahal, pabellón de cinco plantas que va disminuyendo de tamaño en su altura, se cree que las reinas de Abkar y sus sirvientas se reunían para jugar al parchís). Ahora mismo el pabellón está al descubierto sin paredes pero anteriormente estaba cubierto de celosías, las cuales han desaparecido.
En la zona religiosa se encuentra la mezquita de Jami Masjid, la tumba de Sheikh Salim Chishti, ordenada por Abkar en agradecimiento por el nacimiento de su primogénito. Es una estructura de mármol blanco con celosías. Desde luego aquello era una verdadera joya, parecía que los bellos paneles de zócalos como sus elaboradas celosías hubiesen sido bordados por manos mágicas.
El Palacio de Jodh Bai es el más grande de Fatehpur Sikri, formaba parte del harén y residencia de la princesa hindú Mariam-uz-Zamani.
No quiero pensar el calor que puede hacer en los meses estivales, era el mes de noviembre y hacía un calor exagerado. Me hubiese quedado más tiempo pero nos esperaba unos cuantos kilómetros hasta llegar a Agra.
Mientras iba mirando el paisaje me daba cuenta de los grandes contrastes de este país, veías niños jugando en vertederos de basura, mujeres poniendo al sol boñigas de vaca para hacer luego sus casas, niñas cargadas con garrafas porteando agua y mucha gente durmiendo en las calles.
Llegamos a Agra y nos dirigimos al Fuerte Rojo de Agra, también llamado Lal Qila. Fue construido por el emperador Akbar entre 1565 y 1573, una fortificación en arenisca roja rodeado por un profundo foso antiguamente lleno de agua procedente del río Yamuna.
Sus imponentes muros esconden uno de los más grandes palacios de marajás de la India, donde el estilo arquitectónico de Akbar se diferencia con el de Shah Jahan de sublime simplicidad. Declarado en 1983 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El Jahangiri Mahal es el único palacio importante que data del reinado de Akbar, formado por salas, galerías, mazmorras subterráneas. Frente al Jahangiri Mahal hay un amplia alberca de mármol que, según la leyenda de Nur Jahan se llenaban con miles de pétalos para que la emperatriz pudiese bañarse en aguas perfumadas.
El Khas Mahal al lado del río, es un maravilloso salón de mármol con techos pintados, típico de la arquitectura de Shah Jahan. El Sheesh Mahal y los baños reales se encuentran al noroeste cerca de una torre octogonal de dos plantas con vistas al Taj Mahal donde pasó sus últimos años de vida Shah Jahan encarcelado aquí por su hijo.
Diwan-i-Khas, un pabellón abierto decorado con pietra dura en las columnas donde el emperador se reunía con la corte. Nagina Masjid (Mezquita de la Joyas, mandado a construir Shah Jahan para su harén), Machchi Vanaban o Palacio de los peces (patio para el harén con fuentes). Diwan-I-Aam es un salón con arcadas dentro del patio, es la sala del trono de mármol taraceado. Mina Masjid (mezquita reservada para el emperador y construida en 1637, es una de las mezquitas más pequeñas del mundo).
Si lo que había visto hasta ahora me había sorprendido, el Fuerte de Agra me hizo soñar, creo que todo visitante se traslada a aquella época. La belleza del mármol taraceado, los detalles de sus fuentes, los pequeños nichos para guardar sus joyas, celosías desde donde las mujeres observaban la vida palaciega, aquel conjunto era una verdadera maravilla.
Pero cuando me situé en el Musamman Burj, donde Shah Jahan fue encarcelado por su hijo Aurangzeb durante ocho años hasta su muerte, comprendí que todavía había un monumento donde la belleza y elegancia no tienen parangón “El Taj Mahal”. En cierto modo me invadió un poco la tristeza pensar que murió viendo la tumba de su amada.
Esto iba in crescendo.