Los Templos Jainistas de Palitana
En nuestro quinto día de viaje, teníamos un largo viaje, desde Patan a Bhavnagar, unos 330 km de trayecto. Así que después del desayuno en el Hotel The Grand Raveta, puntual como siempre Sadik nos recogió.
Regresamos a Ahmedabad, buscamos una oficina de cambio y luego Sadik nos llevo al templo Iskcon Sri Radha Govind Dham.
En la entrada del recinto, a la derecha, dejamos los zapatos, pero teníamos que cruzar el patio y las baldosas echaban fuego, así que lo hicimos corriendo. Me sorprendió en la entrada del templo la cantidad de tiendecitas que había vendiendo dulces.
Iskcon es parte del movimiento Hare Krishna (5000 años de antigüedad) que fue introducido en el mundo occidental por su Divina Gracia AC Bhaktivedanta Swami Srila Prabhupada. La sociedad internacional para la conciencia de Krishna se constituyó en Nueva York en el año 1966 y desde allí la organización se extendió por todo el mundo a más de 100 países. Se formó con el objetivo de difundir las enseñanzas védicas.
Este templo fue construido por Bhaktivedanta Swami Prabhupadaen en 1997. Es una combinación de estilos arquitectónicos de Gujarat Sompura y Rajasthani Khamira. Alberga las imágenes de Radha y Govinda, Rama, Sita, Lakshmana y Hanuman, Jagannath Baladev, Shrinathji y Subhadraji. El ídolo dorado del Señor Narasimha y la Diosa Lakshmi se encuentra ante las imágenes de Radha y Govinda. Las cúpulas son de piedra con tallas de la vida de Krishna. Hay 3 cúpulas de unos 15 metros de diámetro. Sus techos y paredes están decorados con murales que ilustran historias de la vida de Krishna.
El templo está abierto desde las 4:30 de la mañana hasta las 13:00 y desde las 4:00 de la tarde hasta las 9:00. Diversas aartis se realizan en el templo, como Mangala Aarti, Tulsi Aarti, Dhoop Aarti, etc.
Está totalmente prohibido hacer fotos dentro del templo, pero eso no fue nuestro caso, sacerdotes o vigilantes del templo en todo momento nos facilitaron acercarnos donde estaban las deidades apartando a la gente que se encontraba allí cantando y nos permitieron fotografiar todo lo que quisimos. Nos dejó asombradas su amabilidad y buena disposición.
En una parte del templo, mujeres hacían guirnaldas de flores para las ofrendas.
Continuamos rumbo al sur, y las imágenes que veíamos no nos dejaban de sorprender. Delante de nosotros un pequeño camión llevaba como mínimo unas 20 personas dentro, comenzamos a hacerles fotos, sobre todo porque un señor mayor es lo que nos llamaba la atención. Al ver que hacíamos fotos pararon el vehículo para dejarse fotografiar, pero en un instante todos se vinieron hacia nosotras para hacerse ellos la foto con nosotras, es más, dos coches más pararon también para hacerse la foto, familias enteras bajaron de los coches mujeres, niñas, llegó un momento que nos vimos rodeadas y abordadas que tuvimos que meternos en el coche ante el acoso.
Seguimos nuestra ruta, el sol era de justicia, pero peor era ver a la gente trabajando en las salinas que hay cerca de Dholera en la autovía hacia Bhavnagar, era inhumano.
Paramos en un área de servicio para tomar algo fresco, el restaurante estaba bien, pero era todo de ventanales de cristal, y en vez de quedarnos dentro nos salimos a la calle a tomar las bebidas porque dentro hacía más calor que fuera, y eso era ya un decir.
También hicimos una parada visitar el templo Shri Nandavart Sanesh Jain Tirth. Un bello templo construido en mármol y arenisca. Lo visitamos completamente solos.
Llegamos a la ciudad de Bhavnagar, buen sitio para hospedarse y visitar la ciudad templo de Palitana (situada a 52 km). Esta ciudad es un centro importante de comercio de telas y madera, y sobre todo joyas en oro y plata.
De la lista de hoteles que llevaba preparada, nos quedamos en el hotel The Basil Park, un buen hotel con habitaciones espaciosas, modernas y sobre todo limpias. En Bhavnagar solo tuvimos tiempo para darnos un pequeño paseo por el bazar y calles llenas de mercadillos.
A la mañana siguiente de nuestro sexto día de viaje, a las 8 nos pusimos en marcha camino a Palitana, fueron dos horas de viaje. Llegamos a las 10 de la mañana y ya el calor ya era sofocante.
Palitana es un importante centro de peregrinación (“shashwat tirth”) para los jainistas, está asociada con las leyendas y la historia jainista. Se dice que Adinatha, el primero de los tirthankaras jainistas, meditó en la colina Shatrunjaya, donde más tarde construyeron los templos. Palitana es la única montaña del mundo que cuenta con más de 900 templos. Hay más de 3000 templos ubicados en las colinas de Shatrunjaya, tallados en mármol. Estos templos fueron construidos por generaciones de jainistas durante un periodo de 900 años, desde el siglo XI en adelante. El templo principal se encuentra en la cima de la colina.
La creencia
Todo jainista devoto aspira a subir a la cima de la montaña al menos una vez en su vida. No sólo los templos de la colina son sagrados, sino que, según las escrituras jainistas, toda colina es sagrada de arriba abajo. El código para los jainistas es muy estricto, acorde con su fe, no se debe comer ni transportar alimentos durante el camino.
Nosotros sabíamos que teníamos que subir unos 4000 escalones y que necesitaríamos unas dos a tres horas aproximadamente. Si no te vez con fuerza para subir los escalones, hay sillas (sling) que te transportan hasta lo alto de la colina. Nada más llegar nos ofrecieron transportarnos por 3500 rupias (unos 40 euros), rechazamos la oferta ya que queríamos hacerlo a pié. Los porteadores te persiguen durante el camino de ascenso y por supuesto van bajando el precio, llegaron a pedirnos 1000 rupias (unos 11 euros). El primer templo a la izquierda que hay nada más comenzar la subida, era un hervidero de gente, estaban haciendo sus ofrendas y rezando, un espectáculo asombroso. Valientes nosotros seguimos ascendiendo, de vez en cuando nos parábamos a descansar y beber agua, a veces para conversar con los devotos que descendían ya de la colina. Nos encontramos con un grupo de estudiantes jainistas, y nos comentan que tenían que subir en 52 días 99 veces al templo. Algunos descendían caminando de espaldas.
Cuando llevábamos unos 1500 escalones, decidimos darnos la vuelta. El calor era insoportable.
Nos equivocamos en la hora de comenzar a subir, en vez de las 10 de la mañana, deberíamos haber comenzado por lo menos antes de las 8, tuvimos miedo de sufrir un golpe de calor, que era lo más seguro que nos hubiese pasado. Muy a pesar nuestro, creo que fue una decisión sabia y no por los 4000 escalones que estoy segura que lo hubiésemos conseguido, pero el calor hizo todo lo demás.
Así que mientras descendíamos visitamos algunos de los templos a los que teníamos acceso. Estábamos exhaustos.
Continuamos con nuestra ruta, pero hicimos parada para comer en el pueblo de Talaja, donde se encuentran las Cuevas de Talaja. Entramos en un restaurante, cuando nos fuimos a sentar, en una silla había una pequeña cucaracha, con lo cual, lo que teníamos pensado comer, desistimos y cambiamos totalmente el menú.
Las Cuevas de Talaja incluyen un grupo de 30 cuevas de las cuales 15 son depósitos de agua. Muchas de esas cuevas fueron talladas durante la época de influencia budista en el siglo II a.C. Sadik nos preguntó si queríamos subir para visitar las cuevas, pero el calor que hacía era horroroso y solo de pensar que teníamos que subir un montón de escalones, se nos abría las carnes, y sobre todo después de la experiencia en Palitana.
Así que recomiendo: empezar el ascenso a primera hora de la mañana y visitar el estado de Guyarat entre los meses de noviembre a marzo.
Por la tarde llegamos a la isla de Diu.