Mayor exponente de arquitectura labrada
A unos 30 km al noroeste de Aurangabad se encuentran las Cuevas de Ellora. Su importancia coincidió con la decadencia del budismo y el renacer del hinduismo.
Madrugué mucho como de costumbre. Me fui a dar un paseo por los jardines del hotel mientras esperaba a mis compañeros de viaje para desayunar. Estaba haciendo fotos y sin percatarme de nada vi de pronto una sombra detrás de mí, me asusté bastante, pero solo era un mono lo cual no evitó que saliese corriendo como una loca hacia la tumbona que había cerca de la piscina donde yo había dejado todas mis cosas. Tienen fama de ladrones y a este se les vio las ideas.
Pusimos rumbo a las Cuevas de Ellora. Primeramente hicimos una pequeña parada para observar desde lejos el fuerte Decogiri y la torre de la victoria Chand Minar erigida en 1435 por Alauddin Bahmani para celebrar su conquista del fuerte.
Por fin otro de mis sueños se estaba cumpliendo, me encontraba en las Cuevas de Ellora. Un conjunto de 34 cuevas labradas en un risco de 2 km de largo, Ellora coincide con la decadencia del budismo y el renacer del hinduismo bajo las dinastías Chalukya y Rashtrakuta, siglos VII-IX.
La construcción del complejo duro unos 500 años y se costeó porque estaban situadas en una importante ruta comercial, mientras tanto las Cuevas de Ajanta comenzaron a abandonarse. Hay tres tipos de cuevas, budistas, hinduistas y jainistas.
La cuevas budistas: su numeración empieza por el extremo sur del 1 al 12 (periodo chalukya) siglos VII y VIII. Estructuras mayoritariamente viharas o monasterios de varios pisos. Las nueve primeras con bonitas figuras de Buda y escenas de la mitología budista. La cueva más famosa es la nr. 10, Vishwakarma (nombre del carpintero celestial), es la única chaitya griha, está presidida por una figura del Buda maestro de unos 3,30 metros, delante de una stupa votiva y cuyo techo se ha tallado para dar la impresión de ser vigas de madera.
Las cuevas hinduistas (13 a la 29) se excavaron entre los siglos VII y IX, son la cúspide de la arquitectura de Ellora. Están en el centro del grupo de cuevas y son las más numerosas. Las cuevas nrº. 17 y 19 se construyeron durante el periodo Kalachuri. La cueva nr. 14 Ravana ki Khai, es de un solo piso y contiene impresionantes esculturas de divinidades hinduistas. La cueva 21 y 29 son espectaculares. La cueva nr. 16, Kailasanatha Temple, patrimonio de la Humanidad por la Unesco, construido en el siglo VIII por el rey Rashtrakuta Krishna I. Fue diseñada para rememorar el monte Kailash, morada de Shiva. El estilo de este templo es de arte Dravidiano. Cuando te encuentras delante del templo no te puedes imaginar lo que hay dentro. Los escultores tallaron 85.000 m3 de roca (una sola roca), empezando por lo alto del acantilado hacia abajo. Hay dos elefantes de tamaño natural a ambos lados del patio. En el centro está el pabellón de Nandi, en la fachada del sur hay paneles del Ramayana y en la fachada del norte relieves del Mahabharata. Realmente es la joya de la corona en Ellora.
Las cuevas jainistas: (30 a la 34) datan del siglo IX y son mucho más sencillas. La cueva nrº 30 fue llamada «Chota Kailash«, un réplica pequeña e incompleta del templo de Kailashnatha, sus techos están adornados con flores de loto talladas. La cueva nr. 32, es conocida como Indra Sabha y está dedicada a Mahavira. En muchas de las estructuras de estas cuevas había ricas pinturas en sus techos.
Después de aquella magnifica visita nos fuimos a almorzar, le pedimos al guía que si no era ningún problema continuar con una visita más en la ciudad de Aurangabad, deseábamos ver el palacio Bibi Ka Maqbara, conocido también como “Taj Mahal del pobre” y su nombre significa «La tumba de la señora«. Fue construido por Azam Shab entre el 1651 y 1661 como mausoleo para Rabia-ud-Daurani, esposa de Aurangzeb. Utilizan mármol blanco traído de las minas cercanas a Jaipur y estucados al igual que el Taj Mahal, claro está que no es tan refinado pero no deja de ser bello. Una inscripción en la puerta principal indica que el monumento fue diseñado y construido por el arquitecto Ata-Ullah
Ya puestos nos fuimos a ver también el Panchakki, molino de agua, que se usa para moler grano. Junto al molino en un jardín hay una sepultura de un santo sufí, Baba Shah Musafir.
Un día bastante aprovechado y lleno de emociones, esa parte de la India nos estaba asombrando positivamente. Nos fuimos al hotel para cenar y descansar, al día siguiente empezaba nuestra ruta por el estado de Karnataka y lo hacíamos todo en coche, Nagesh y nosotros tres.