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Bir, entre budismo y parapente

Himachal Pradesh, La India

Himachal Pradesh, Morada de la Nieve

Mi octava visita a la India, vuelvo a visitar Himachal Pradesh con la idea de conocer lugares nuevos, cosa que he hecho, y tener experiencias diferentes y más cercanas a la gente.

El 12 de septiembre cogí un vuelo con la Etihad Airways vía Abu Dhabi a Delhi y desde allí con conexión a Dharamshala con las líneas aéreas Spicejet, en un avión de hélices que parecía la casita de los enanitos.

Himachal Pradesh, La india
Suja, desde Rinkuhomestay

Desde Dharamshala continué hasta Suja, a unos 70 km al sureste, cerca de Bir, famoso pueblo por su deporte de parapente, el trayecto son aproximadamente dos horas.

Rinku Verma, de India Tours Services vino a recogerme en el aeropuerto, me hospedaba en su casa, Rinkuhomestay. Una casa situada en medio de campos de arroz salpicados por algunas casas y una vegetación exuberante. Su madre, Tano Devi de 61 años de edad, es la que se encarga de la cocina y la limpieza de la casa. Una señora que como muchas mujeres han tenido una vida bastante dura, pero que han podido y sabido sacar a su familia adelante, llevando su pena y esfuerzo con entereza. Sin saber nada de inglés, hace todo lo posible para hacerse  entender, realmente es un ángel. El padre de Rinku prácticamente solo pasa unos meses en la casa, se va a trabajar al Rajasthan de camarero a sus setenta y pico años.

Himachal Pradesh, La India, Bir
Tano Devi

Me ofrecieron una amplia habitación con baño en la primera planta de la casa. La familia tiene un perro pastor alemán llamado Bujo que significa Listo, verdaderamente conecté con él desde el primer momento, es increíblemente inteligente, un buen guardián y compañero.

Bir, La India, Himachal Pradesh
Mantis religiosa

La madre se puso a cocinar, hizo roti al fuego de leña y verduras. Cenamos en la terraza de la casa, todo estaba delicioso. Era ya noche cerrada, al tener la luz de la terraza encendida, cuando terminamos de cenar y recoger la mesa, me di cuenta que algunos grandes arácnidos y unas cuantas mantis religiosas pululaban a sus anchas por la terraza. Una de las arañas era más grande que mi mano, aquí la hubiésemos matado, pero ante mi asombro por el tamaño, Rinku me dijo que no hacían nada y que tenían el mismo que nosotros a vivir. No me hubiese gustado encontrarla en mi habitación.

Bir, Himachal Pradesh, La India

A la mañana siguiente, fuimos a Bir para observar los parapentes, la temporada comenzaba el 15 de septiembre si el tiempo lo permitía, solo unos pocos estaban practicando.

Posteriormente fuimos al monasterio budista tibetano de Nyingyang, un lugar de importancia espiritual y centro de aprendizaje cultural y religioso. La entrada es gratis, pero animan a los visitantes a hacer una donación para el mantenimiento del monasterio y su comunidad. Los visitantes pueden participar en sesiones de meditación, asistir en ceremonias de oración y en algunas ocasiones interactuar con los monjes residentes.

Himachal Pradesh, Bir, Suja

Todo el complejo es conocido como Palpung Sherabling Monastic Seat, concebido en el año 1975, el cual se compone por colegio tántrico, centro de retiro de monjes y retiro de monjas, escuela monástica, mandala y centro de retiro, octava estupa, instituto Palpung, oficinas centrales, etc., todo ubicado en un bosque de pinos en las estribaciones del Himalaya.

Después de la visita Rinku me llevó a almorzar al restaurante “Pindj Kitchen”, totalmente recomendable con una bien elaborada y sabrosa cocina. Este restaurante está en Bir, justo delante está el campo donde los parapentes aterrizan. El primer día me pedí Tandoori chicken, comida que me encanta y estaba deseándola de volver a comer.

Bir, Himachal Pradesh, La India
Bir, parapente

Una vez terminado el excelente almuerzo nos dirigimos a visitar algunos templos budistas en Bir. Al primero que fuimos no conseguimos entrar o mejor dicho no tuvimos valor de entrar, tenía un cartel que ponía “advertencia” cuidado con el perro, no responsable por lesiones o muerte, estuvimos un rato esperando a ver si algún monje se dignaba a retirar a los tres pastores alemanes que estaban descansando en la puerta de entrada. Así que nos fuimos a otro templo que estaba en la calle principal en Bir.

La India, Himachal Pradesh, Bir
Bujo

Por la tarde regresamos a la casa, donde la madre estaba preparando la cena. Esta vez era hojas de Taro, con harina de maíz y masala. La comida me estaba encantando.

Para llegar a Rinkuhomestay hay que ascender un camino un poco empinado a través de una exuberante vegetación. Los días de lluvia tenía que subir o bajar rápidamente con calzado cerrado y si llevaba sandalias tenía que ponerme sal en los pies para evitar que las sanguijuelas se me adhiriesen.

Himachal Pradesh, La India, Bir
Tandoori Chicken

Al levantarme, lo primero que la madre me preparaba era un té y posteriormente una tostadas y huevos cocidos. Nunca quería que le ayudase a nada, por más que insistía ella se negaba con una sonrisa.

Después del desayuno fuimos a la cascada de Bangoru. Dejamos el coche en una zona de aparcamientos y un guía te lleva hasta la cascada. En condiciones normales no hace falta que te acompañen, pero los monzones de 2023 había llovido tanto que muchos caminos, carreteras y vidas humanas se las llevó el agua, y precisamente el camino hasta la catarata en algunas zonas estaba destrozado, solo te cabía un pie y con el riesgo de

Himachal Pradesh, La India
Rest. Pindj Kitchen

resbalar e ir a parar a un barranco. Esa mañana había amanecido soleado, pero mientras caminábamos hacia la catarata se fue nublando, anduvimos a toda prisa, no queríamos que nos cogiese la lluvia. Llegué exhausta, tuve tiempo solo para hacer unas fotos, no me atreví a bajar a la cascada y volvimos corriendo cuando se podía. Comenzó a diluviar de tal forma que ni el paraguas evitó que me pusiese chorreando, entramos en el coche y pude comprobar que una sanguijuela se me había metido por el calcetín, se dio un festín conmigo.

Himachal Pradesh, La India
Cascada Bangoru

Como no podíamos hacer nada, ya que la lluvia fue acompañada de una gran tormenta, nos fuimos otra vez al restaurante “Pindj Kitchen” a comer y secarnos un poco. Regresamos a casa, tal y como estaba el tiempo, no se podía hacer nada.

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