Tumba de Akbar
Cerca de Agra, en la carretera de Mathura, se encuentra la tumba de Akbar el grande, una importante y magnífica obra maestra de la arquitectura mogol en la India.
Después de la visita al Taj Mahal, almorzamos al hotel The Gateway donde nos alojábamos. Teníamos que continuar con nuestra ruta, esta vez nos dirigíamos a Sikandra a unos 12km al noroeste de Agra, donde se encuentra la tumba de Akbar el Grande.
Una gran obra de la arquitectura mogol. El mismo comenzó su construcción en torno a 1600, según la tradición tártara de comenzar la construcción de la propia tumba en vida.
Tras su muerte en 1605 su hijo Jahangir finalizó dicha construcción 1605-1613. Realmente no se sabe como iba a ser la tumba ya que su hijo demolió todo lo que se había construido, conservando solo el plinto. Las obras finalizaron en 1613, según acredita una inscripción en el monumento.
Akbar fue uno de los emperadores más grande de la historia de la India. Durante el reinado de su bisnieto Aurangzeb Alamgir la tumba fue saqueada por rebeldes jats bajo el liderazgo de Raja Ram Jat llevándose el oro, plata, joyas y alfombras y los huesos de Akbar fueron quemados.Posteriormente fue condenado a muerto por Aurangzeb.
El conjunto sigue una disposición donde el mausoleo está en un gran jardín del tipo chabar bagh, (jardín cuadripartito). El acceso al recinto se hace puerta la puerta sur, un edificio sobre un plinto de arenisca roja de planta casi cuadrada Su frente es simétrico, organizado en tres partes, donde el iwan central y mas grande se encuentra en el centro y más elevado que los otros dos iwanes laterales. La parte central está rematada con cuatro chhatris de arenisca roja y mármol blanco y en las esquinas del edificio hay cuatro minaretes de mármol blanco.
En el centro del jardín se encuentra la tumba, una pirámide escalonada de cinco plantas. El mausoleo tiene planta hasht bihisht, en persa «ocho paraísos». La puerta principal es una preciosa estructura simétrica de arenisca roja con mosaico policromado de mármol blanco, pizarra y piedras de colores.
En sus jardines gacelas y monos deambulan a sus anchas y como siempre hay que tener mucho cuidado con los monos. Es una visita que recomiendo a toda persona que viaje a Agra.
Seguidamente fuimos a unos de los centros que hay de Madre Teresa de Calcuta en la India. Esta visita no te deja indiferente, pero en el fondo pienso que los que están dentro son verdaderos afortunados después de lo que ves en las calles. Eso no quita que se te parta el alma cuando ves a niños en sus cunas sabiendo que han sido abandonados, como los que padecen algún trastorno mental, etc. Una gran labor que continúan haciendo las monjas. Se que mucha gente está en contra de hacer turismo visitando estos lugares como reclamo. Sinceramente, mi opinión es que gracias a los turistas que visitamos esos lugares y aportamos algún tipo de ayuda podemos facilitarles un poco la vida, ya sea con ropa, comida o un donativo, lo único que no podemos dar son medicamentos. Si no fuese por las ayudas que reciben la mayoría o todos estarían abandonados en las calles, las cuales están repletas de gente necesitada.
Desde mi punto de vista la ciudad de Agra es una ciudad caótica, sucia y poco atractiva, pero de obligada visita principalmente por el Taj Mahal, pero quiero hacer hincapié que tiene muchos monumentos de gran belleza en sus alrededores, una verdadera pena que solamente se le dedique un día como mucho.
Tuvimos la tarde libre, Carmen, Alberto y yo nos fuimos a dar un paseo. Caminar se hacía duro ya que las aceras estaban destrozadas, suciedad a derecha e izquierda, no olvidaré la imagen de unas máquinas limpiando una acequia y sacaban de todo lo que te puedas imaginar del agua, hasta animales muertos.
La decisión fue tomar un tuk-tuk para ver un mercado que se encontraba a unos 2 kms del hotel. Nos hubiese encantado caminar pero se hacía insufrible con el tráfico, la poca iluminación y el estado de sus calles. Tuvimos que regatear ya que es bien conocido que siempre intentan engañar al turista. Le dijimos claramente que solo queríamos ir (one way) porque no sabíamos cuando volveríamos. No sé el tiempo que estuvimos paseando por el mercado pero me imagino que una hora y media. El conductor no nos dejó ni a sol ni a sombra, nos estuvo siguiendo todo el tiempo y cada vez que se acercaba otro conductor se encrespaba con él, no permitía que nadie se acercase a nosotros. Alberto que ni siquiera se había fijado en nuestro chofer, nos preguntó que quien era ese hombre que estaba todo el tiempo siguiéndonos. Estábamos un poco cansados del acoso hacía el turista y hasta ahora Jaipur y Agra estaban batiendo record.
El regreso al hotel tuvimos que hacerlo con el mismo conductor, porque teníamos claro que no íbamos a poder coger otro tuk-tuk. Estábamos contentos al final de poder quitárnoslo de encima, pero una pena que por el acoso que sufres no te dejen disfrutar realmente de sus ciudades.
Era el último día que estaríamos con nuestro guía, en Agra terminaba con nosotros y en el fondo un poco o bastante contentos, había hecho algunos comentarios fuera de lugar y se notaba claramente que era muy amable con quien compraba en las tiendas donde el te llevaba.