Ciudades del Valle de Kathmandu
El segundo día se lo dedicaríamos a las ciudades de Patan y Bhaktapur. Ciudades con una larga historia, y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco situadas en el Valle de Kathmandu.
Después del desayuno cogimos un coche privado para desplazarnos de un sitio para otro. Nos lo proporcionó Narayan y el precio fue de 40 dólares, diez 10 dólares por persona.
El primer lugar que visitamos fue Patan.
Patan, también conocida como Lalitpur, es una de las ciudades más grande después de su capital y de Pokhara. También se le conoce como Manigal. Su rico patrimonio se entremezcla con la tradición de las artes y las artesanías. Se llama la ciudad del festival y de la fiesta.
Lalitpur se encuentra en una zona elevada del Valle de Kathmandu en el lado sur del río Bagmati. Se cree que fundada en el siglo III a.C por la dinastía Kirat y luego expandida por los Licchavis en el siglo VI, y durante el periodo medieval ampliado por los Mallas.
Hay muchas leyendas sobre su nombre pero la más popular es la leyenda del Dios Rato Machhindranath que fue traído al valle desde Assam, India, por un grupo de tres personas. Uno de ellos era granjero y se llamaba Lalit que llevó al dios para superar una grave sequía allí, pues había una fuerte creencia de que el dios Rato Macchindranath traería la lluvia. Debido a su gran esfuerzo ese dios se asentó en Lalitpur, y muchos creen que el nombre de la ciudad procede de Lalit.
Se dice que Latitpur fue fundada por el rey Veer Deva 299 d.C., pero hay cierta unanimidad de que Patan era una ciudad bien establecida en la antigüedad. Registros históricos que incluyen leyendas indican que Patan es la más antigua de todas las ciudades del valle.
La ciudad fue inicialmente diseñada con la forma budista del Dharma-Chakra (rueda de rectitud), en cada esquina de sus puntos cardinales hay un estupa que se les conoce como Asoka estupas. Cuenta la leyenda que en el año 250 a.C. el rey Asoka de la India visitó con su hija Charumati la ciudad de Kathmandu y erigió las cuatro estupas en las esquinas y una en el centro de Patan.
Visitando Patan
La entrada a la ciudad cuesta 1000 rupias nepalíes para los turistas, para locales e indios 250 rupias.
La última vez que había paseado por su plaza y calles fue en el año 2011, no sabía lo que me iría a encontrar después del gran terremoto del 2015.
Muchos monumentos estaban siendo restaurados pero era demoledor ver cuántos de ellos habían sucumbido a tal catástrofe. Son enormes los esfuerzos que están haciendo aunque el proceso sea lento, pero la belleza perdura, es como una flor que aunque esté marchita conserva su esplendor.
Las exquisitas obras de arte y edificios arquitectónicos diseminados en y alrededor de la plaza Durbar de Patan, son del siglo XVI en adelante. Pero la historia de Patan se remonta al período de Licchavi sobre la base de una inscripción en el Manga Hiti (caños de agua) que datan del 570 d.C. y construido por Bharbi (nieto de Mandev). La mayoría de los monumentos de este complejo del Palacio fueron construidos durante el reinado del rey Siddhi Narsingh Malla (1618-1661), el primer rey independiente de la dinastía Malla de Patan. Él construyó Sundari Chowk que tiene en su centro el baño real llamado T’ushahit, una obra maestra de la arquitectura de piedra. También construyó el templo de Taleju y Estanque Bhandarkhal. Su otra gran consagración es Krishna Mandir (1636 d.C), templo dedicado al Señor Krishna. Krishna Mandir es el primer edificio en Nepal de arquitectura de estilo Shikhara. Shreenivas Malla (1661-1684 aD) completó la construcción de Mul Chowk que fue empezada por su padre y amplió el templo de Manimandap y su propia estatua en la capital de un pilar. El patio más al norte conocido como Keshav Narayan Chowk es el más importante y uno de los patios más antiguos de este complejo. Patan fue sometida por el rey Prithvi Narayan Shah el Grande sin derramamiento de sangre en 1768 d.C, después de la rendición de Pradhans Sexto. Patan fue la unidad administrativa del país durante siglos.
Palacio Real: se construyó en el siglo XIV. Es anterior a los palacios de Kathmandu y Bhaktapur y quedó muy dañado durante la conquista del valle por parte de Prithvi Narayan Shah en 1768. Tiene una maravillosa fachada con aleros voladizos y ventanas talladas con celosías. En el interior hay una serie de patios conectados y tres templos dedicados a la principal divinidad del valle, la diosa Taleju. La Puerta Dorada o Sun Dhoka instalada en 1734 con refinados grabados y rematada con una torana dorada que muestra a Shiva, Parvati, Ganesh y Kumar, ahora esta puerta constituye la puerta de entrada al Museo de Patan.
Museo de Patan: antigua residencia de los reyes Mallas que alberga una de las mejores colecciones de arte religioso de Asia. También hay interesantes muestras sobre técnicas como el repujado y el vaciado a la cera perdida.
Mul Chowk: situado al sur del Museo de Patan, una puerta da entrada a este maravilloso Mul Chowk , el mayor y más antiguo de los tres chowks (patios o plazas). En 1662 un incendio destruyó los edificios originales y fue reconstruido por Srinivasa Malla. Alberga el templo de Bidya, al sur se halla el Templo de Taleju Bhawani, en la esquina noroeste de la plaza se halla el alto templo de Degutalle.
Sundari Chowk: dispuesto en torno a Tusha Hiti, un estanque de agua sumergido con espectaculares tallas.
Templo de Krishna: Templo octogonal de piedra conocido como Chyasim Deval. Se construyó en 1723 con una clara influencia de los templos del norte de la India.
Otros famosos templos como el Templo Dorado o Mahabouddha, ahora mismo están en proceso de reconstrucción.
Terminamos la visita, a pesar del daño sufrido no deja de ser una maravilla a la cual se le debería dedicar más tiempo.
Desde allí, nuestro conductor nos esperaba para llevarnos a Bhaktapur.
Aquí si que estaba expectante de volver a visitarlo, quería ver lo que las obras habían avanzado desde septiembre del 2015. Justamente medio año después del terremoto si visité Bhaktapur. Realmente las obras están prácticamente igual como las vi, es decir, trabajaron los seis primeros meses más que en los dos años posteriores.
Nos dejó en una de las entradas que hay de acceso a la ciudad. El precio está ahora en 1500 rupias nepalíes, aunque la guía de Lonely Planet pone 750 rupias, los visitantes procedentes de la India pagan 500 rupias.
Hace dos años había un asentamiento a las afueras de Bhaktapur de damnificados por el terremoto, pues allí seguían viviendo en tiendas de campañas.
Comenzamos a ascender y una señora se nos acercó pidiendo, cuando le vimos la pierna sentimos una tremenda pena, se nos partió el alma. Sé que a veces es mejor comprarles algo de comer, pero en aquel momento no lo pensamos dos veces y le dimos dinero.
Bhaktapur está situada en el Valle de Kathmandu a 13 km de la capital. Su nombre viene del sánscrito bhakta (devoto) y pura (ciudad), “Lugar de devotos”.
La Plaza Durbar de Bhaktapur fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
Fue el más grande de los tres reinos de Newa en el valle de Kathmandu. Fue fundada en el siglo XII por Ananda Deva Malla bajo el nombre de Khwopa para convertirla en la capital de las rajás Malla. Hasta el siglo XVI dominó política y económicamente Nepal. Se encerró en una autarquía e independencia después de la conquista de Gorkha en 1769. Los ancianos sobre todo hablan newari en vez de nepalí.
La ciudad adquirió su hegemonía por estar situada en la ruta India-Tibet, y los impuestos que se recaudaban le aportaron grandes riquezas.
Entramos a la Plaza Durbar, esta plaza sigue atrapando al visitante, sigue siendo majestuosa y fascinante. Paseamos un corto tiempo por la plaza, era la hora del almuerzo y queríamos buscar un restaurante en la Plaza Taumadhi.
Comimos en la terraza del Siddhi Home & Restaurant, las vistas de los monumentos y de esa parte de la ciudad eran magníficas, pero realmente es un restaurante que no lo recomendaría para nada.
Una vez almorzamos visitamos el templo Nyatapola. Este templo tiene un tejado de cinco pisos. Fue erigido por el rey Bhupatindra Malla (1702-1703). Es el templo dedicado a Siddhi Lakshmi. Su estructura se construyó en 7 meses y el templo en 17 meses. Se construyó este impresionante templo para mostrar su poder y rivalidad a sus vecinos reinos occidentales de Kritipur y Kantipur. Está considerada una de las pagodas más altas del país.
El templo Bhairabnath: templo con tejado de tres pisos y dedicado a Bhairab, la temible encarnación de Shiva. El primer templo que se construyó fue una modesta estructura de un piso a principios del siglo XVII, pero el rey Bhupatindra Malla agregó un segundo piso en 1717. El tercer nivel se añadió después del terremoto de 1934.
Continuamos paseando por la Plaza de los Alfareros y es cuando realmente parece que el tiempo se ha detenido allí. Cantidad de piezas de barro se coloca en la calle para que se seque al sol y rudimentarios talleres con tornos y ruedas no paran de girar mientras manos expertas trabajan sin descanso.
Continuamos hacía la Plaza Dattatreya situada al este del la Plaza Durbar y Plaza Taumadhi. A menudo se le llama Tachapal Tole. Es la plaza más antigua de Bhaktapur. Su templo principal es el Templo Dattatreya. Esta plaza data de principios del siglo XV. También pueden visitar el templo de Bhimsem de dos tejados. No se sabe su fecha exacta de construcción pero se acordó que fue en 1605, está dedicado al dios del comercio.
Con tranquilidad callejeamos hasta regresar a la Plaza Durbar y poder contemplar sus maravillosos edificios. Esta plaza contenía 50 templos. Este complejo fue residencia real hasta el siglo XIX.
El Templo Taleju: templo de tres tejados y uno de los más antiguos de la plaza. Es un ejemplo de la típica arquitectura newari.
Puerta Dorada: espléndida puerta de entrada al Palacio de las 55 Ventanas. Construida al igual que el palacio en 1722 por el rey Bhupatindra Malla y finalizado por su sucesor Jaya Ranjit Malla.
El templo de Krishna, templo de Vatsala Durga, Palacio Real, templo de Indrapur, Palacio Kumari, templo de Shiva Parvati y muchos más forman este maravilloso complejo.
Sigo diciendo que Bhaktapur es un lugar para deleitarse durante horas o días.
Comenzó a anochecer y regresamos al hotel. Habíamos quedado para cenar con Narayan.
Nos llevo a un restaurante donde la cena era amenizada por típicas danzas nepalíes. La comida estuvo bastante bien y pasamos un buen rato. El restaurante era típico para turistas.